La consellera de Movilidad, Montse Morlà, en su despacho del Consell. | Gemma Andreu

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La consellera insular de Movilidad, Montse Morlà, considera que el plan de choque para potenciar la movilidad pública es una oportunidad «para intentar que la gente cambie su rutina, sus hábitos y que se desplace de forma sostenible». Lamenta que en Menorca «se hace un abuso espectacular del coche para trayectos cortos» y alude a un ejemplo en su municipio de residencia, Sant Lluís: «Hay residentes que van en coche desde el mismo pueblo a hacer deporte al polideportivo y después se van a correr».

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Como usuaria del bus explica que a finales de junio –cuando ya había terminado el curso escolar– «cogí el bus con capacidad para 70 plazas en Sant Lluís hasta la estación de Maó y no recogió a nadie. No puede ser. Si este plan sirve para que suban 30 personas habrá valido la pena».

Morlà recuerda que el objetivo final, no obstante, es que la gente deje de usar tanto el coche, siempre en la medida de lo posible, y que la del autobús es otra de las alternativas para la movilidad sostenible: «Si pudiéramos incentivar que, por favor, la gente fuera caminando, fuera en bicicleta (hay ayudas para comprar eléctricas), o cogiese el transporte público para estos trayectos ya seria un éxito». Explica que «lo suyo es que ya empezáramos a notar un incremento de personas que vienen a hacerse la tarjeta».