Ciutadella, después de Alaior, es el ayuntamiento con el tipo impositivo más bajo para las nuevas plusvalías y, según sus propios cálculos, perderá ingresos respecto a la anterior ordenanza. | Josep Bagur Gomila

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Es Mercadal será el ayuntamiento con el impuesto por plusvalías más alto con un tipo del 30 por ciento sobre el incremento del valor del terreno o inmueble que cambie de propiedad. Alaior, por su parte, es el más moderado en el uso de esta figura de recaudación municipal, ya que solo aplicará un 17 por ciento.

Así consta en las ordenanzas que han preparado los respectivos ayuntamientos y que, salvo Ferreries, han ido aprobando en pleno municipal en las últimas semanas. O están ya en exposición pública a la espera de alegaciones ciudadanas o lo estarán en los próximos días con el fin de que antes del fin de plazo fijado por el Ministerio de Hacienda tengan la aprobación definitiva y sean de aplicación.

Entre Es Mercadal y Alaior se sitúa el resto de ayuntamientos. Sant Lluís, otro de los grandes municipios turísticos con importantes transacciones inmobiliarias, aplicará un 26 por ciento. Al igual que Es Mercadal obtendrán más recursos por este concepto, que se ha convertido en una importante fuente de ingresos para los municipios.

Es Migjorn, con un 26 por ciento, se mueve en el mismo margen, si bien Sant Lluís y Es Mercadal contemplan bonificaciones para las transmisiones producidas dentro del ámbito de las herencias familiares, mientras que este el único que no prevé bonificación alguna.

Si la decisión de Alaior, gobernado por el PP, es coherente con la política de este partido dirigido a rebajar la presión fiscal a los vecinos, la de Es Migjorn es aparentemente contradictoria. Fuentes de de este partido explican que obedece a que en el mandato anterior, cuando Pere Moll se quedó sin más apoyo que el de los populares, bajó el tipo impositivo del IBI. Aducen que es el más bajo de los municipios menorquines y que compensará parcialmente con las plusvalías aquella pérdida de ingresos.

Frente al tipo impositivo único, modulado exclusivamente por las exenciones (edificios, bienes o terrenos de titularidad pública, expropiaciones, propiedades de instituciones benéficas), Ciutadella es el único ayuntamiento que ha optado por fijar baremos distintos, bajos en todos los casos. El tipo de gravamen por incremento de valor será mayor para la transmisión de bienes con menos años de antigüedad. Para aquellos de hasta cinco años aplicará un 21 por ciento; hasta 10 años, un 20; hasta 15, un 19 y hasta 20 años, un 18 por ciento. En el fondo, aunque la diferencia es mínima, se aprecia un intento de penalizar la especulación.

Documento de la Felib

Casi todos los ayuntamientos han utilizado como base de la nueva ordenanza que regula el impuesto de plusvalías el documento elaborado por la Federación d'Entitats Locals de les Illes Balears. Luego cada cual ha optado por determinar a su conveniencia el tipo impositivo para recaudar más o menos de acuerdo con su política y necesidades presupuestarias. Para todos, no obstante, rigen los mismos coeficientes para calcular por estimación objetiva -algunos ayuntamientos contemplan la opción de la estimación directa- el incremento del valor de los bienes inmuebles.

De acuerdo con las nuevas ordenanzas, Alaior pierde unos 200.000 euros por este concepto. Ciutadella realizó algunos simulacros sobre casos reales para conocer si los nuevos tipos encarecían el impuesto y concluyó que los contribuyentes pagarán menos y el Ayuntamiento liquidará menos, apunta José López, responsable del presupuesto.

Es Mercadal, Sant Lluís y Es Migjorn, donde además hay más dinamismo de compraventas inmobiliarias, los ingresos serán previsiblemente mayores, aunque no se ofrecen cálculos reales. Maó, con el 24 por ciento, y Es Castell, con el 22, se sitúan en una escala moderada, mientras que Ferreries apura los plazos para disponer antes del 31 de mayo, fecha límite para la aprobación definitiva, de la nueva ordenanza.