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El Área de Salud de Menorca ha puesto en marcha un programa de atención y prevención del suicidio con el fin de tratar y realizar un seguimiento específico a personas que hayan intentado quitarse la vida o presenten riesgo de cometer un acto suicida.

La implementación de esta iniciativa es posible gracias a la incorporación el pasado mes de enero de una psiquiatra al equipo de Salud Mental, lo que ha permitido redistribuir la actividad asistencial y que cuatro profesionales se puedan dedicar parcialmente a atender a este perfil de pacientes.

El programa de adultos se desarrolla en la Unidad de Salud Mental del Centro de Salud Dalt Sant Joan, en Maó. Hay dos días de consulta semanales, una a cargo de la psiquiatra Francesca Rado y la otra, de la psicóloga Magda Yebra. En el caso de la atención a niños y adolescentes, el espacio de referencia es la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil en la Unidad Básica de Salud Es Mercadal, donde la psicóloga Pilar Gomila y la psiquiatra Lorena Francés también dedican un día de consulta semanal cada una. En los dos casos, se cuenta con el apoyo de las profesionales de enfermería y trabajo social de las respectivas unidades.

"El objetivo es asegurar una atención sanitaria integral de calidad y coordinada para conseguir una detección precoz y una intervención temprana en situaciones de riesgo de suicidio, especialmente en la infancia, adolescencia, personas mayores, enfermos crónicos graves, mujeres que sufren violencia de género, así como en las personas con trastornos mentales relacionados con una mayor incidencia de suicidio", según ha explicado el jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Mateu Orfila, Antonio Liñana.

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, en 2018, tuvieron lugar en Menorca un total de nueve suicidios, y el 78 por ciento de los casos fueron hombres. Esto supone una media de un suicidio cada 41 días y, si se compara con las cifras de 2017, el número total de muertes ha aumentado un 29 por ciento, dos casos más que el año anterior, pero por debajo de los registros máximos que se dieron en 2013 y 2014, con 13 y 14 suicidios, respectivamente. Las tentativas graves que han requerido ingreso hospitalario son alrededor de unos veinte casos cada año.

"La atención que reciben los pacientes por medio de este programa es un complemento a los seguimientos psicológico, psiquiátrico y de enfermería que se hace desde los dispositivos de la red de salud mental del Área de Salud de Menorca", ha apuntado Liñana.

De este modo, se consigue así un seguimiento "intensivo, continuado y especializado, con una mayor frecuencia de consultas ambulatorias durante un periodo de tres a seis meses, así como intervenciones psicoeducativas y psicofarmacológicas específicas".

Con este programa también se apoyará a los familiares de personas que hayan consumado un suicidio, a la vez que se formará a los profesionales de atención primaria en detección y abordaje de personas con ideación y riesgo autolítico, para que puedan derivar a la Unidad de Salud Mental aquellos pacientes susceptibles de requerir un abordaje especializado.

La creación e implementación de este programa forma parte de las acciones implementadas por el Observatorio del Suicidio, integrado en la Oficina de Salud Mental del Servicio de Salud de Baleares. La responsable y coordinadora del Proyecto Autonómico de Prevención de la Conducta Suicida es Nicole Haber, que se incorporó en diciembre 2017.

Desde el punto de vista de la formación y sensibilización, se han impartido cursos a 88 profesionales de Menorca de atención primaria, salud mental y servicios de emergencias. El próximo curso se impartirá el próximo día 30 de abril y estará dirigido a todos los profesionales de la atención primaria para mejorar la detección de la conducta suicida.