El lugar reclamado para terraza frente a dos restaurantes cerrados, el bar y el Teatre des Born. | Josep Bagur

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La conserje del bar del Cercle Artístic, Mónica López, ha solicitado más terraza como medio para salvar la actividad mientras dure la prohibición de cierre del interior de los locales. La distancia de seguridad exigida no da más que para tres mesas delante del edificio y el negocio resulta inviable. No le dejan ocupar parte de la acera del Teatre del Born (ahora cerrado) porque le dicen que es un monumento emblemático ni tampoco la opción que parecería más razonable, ocupar parte de ‘dalt es passeig del Born', donde no hay tránsito de viandantes.

López prefiere una ayuda indirecta, la que le permita mantener la actividad a recurrir a la directa prometida por el Govern. Le parece más lógica y solo requiere voluntad municipal para cambiar la ordenanza y ya lo solicitó en mayo cuando la desescalada comenzó con permiso para abrir las terrazas.

«No perjudicamos a nadie y opciones existen, la Policía Local me dice que técnicamente es viable. De hecho el mercadillo se mantiene en ese espacio», explica la conserje en defensa de sus intereses. Recuerda el último plan de ayudas anunciado hace quince días por la presidenta del Govern en la que incluía medidas de este tipo facilitadas por los ayuntamientos.

Alega que si 2020 y 2021 hubieran sido años normales no se estaría pidiendo más ocupación de vía pública, «la mayoría de ayuntamientos están permitiendo la ampliación de terrazas», asegura. También existen establecimientos en Ciutadella donde se han buscando soluciones de este tipo, «aquí me remiten constantemente a una ordenanza que se ha cumplir», resume sin perder su ánimo de lucha.