En la foto, Jordi Orell, Pedro Pons, Xavi Camps, Rebecca Alcolea, Marta Armengol, Soledat Mulero, Marc Estrada y Pau Pons. Por streaming participaron Jara de Tomás, Claudia Yáñez, Blai Barber y Maria Garrido

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Marta Armengol y Xavi Camps han sido los ganadores de los Premios Feliciano Fuster TFG y TFM 2020, el certamen que, por tercer año consecutivo, organiza el Ateneu de Maó para poner en valor el esfuerzo y el trabajo llevado a cabo por los estudiantes que cada año finalizan sus estudios de grado o de máster.

Desde la entidad ateneísta consideran importante sacar del anonimato los trabajos, una vez ya han sido evaluados a nivel universitario. Es así que los Premios Feliciano Fuster constan de dos categorías, para trabajos de final de grado (TFG) y para trabajos de final de máster (TFM).

Cada año son cientos los alumnos menorquines que culminan sus estudios con sus investigaciones, las cuales el Ateneu no quiere que queden en el olvido, puesto que sus autores forman parte de una elite muy formada y altamente cualificada.

Doce exposiciones

De los trece trabajos presentados al certamen, doce fueron presentados en el acto que tuvo lugar en el salón de actos del Ateneu, ya fuera de forma presencial o, en algunos casos, por vía telemática.

Tras las presentaciones, el jurado decidió conceder el primer premio de trabajos de final de grado, dotado con 300 euros, a Marta Armengol, una graduada en Trabajo Social por la Universitat de Barcelona por el estudio titulado «El proceso de recuperación de la autonomía de la mujer víctima de la violencia de género». Asimismo, se otorgó un segundo premio a Soledat Mulero, graduada en Educación Primaria por la Universidad de La Rioja, por su trabajo «Diseño de actividades para introducir de forma correcta los Chromebooks en 5º de primaria en un centro concertado de Menorca». El premio estaba dotado con 150 euros.

En la categoría dedicada a los trabajos de final de máster, el primer premio, de 500 euros, recayó en Xavi Camps, alumno de un máster de Ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica de Poznan (Polonia). Bajo el título «Machine learning-based processing of medical imaging for lung diagnosis support», Camps investiga acerca de «cómo las computadoras pueden aprender anatomía y a diagnosticar enfermedades». Y es que, defendió, «el desarrollo de aplicaciones de este tipo, son un paso más hacia la integración de los robots en el sector sanitario».

El segundo premio en esta categoría, premiado con 250 euros, fue para «Is education enough? Exploring the ontological perceptions of Albninism in Tazania», de Rebecca Alcolea, estudiante de un máster de Estudios africanos en la Universidad de Leiden (Países Bajos).

Una oportunidad

Para los estudiantes, la que ofrece el Ateneu con los Premios Feliciano Fuster es una oportunidad que no hay que desaprovechar. Y es que, premio económico a parte, se trata de una gran ocasión para dar a conocer al público en general e incluso a familiares y amigos, el trabajo que se ha venido desarrollando los últimos meses. «Llevo casi siete años viviendo en Polonia y poder presentar mi investigación en mi Isla y delante de antiguos compañeros y profesores del colegio San José ha sido todo un orgullo». Así admitía Xavi Camps la satisfacción de poder participar en el certamen, quien lo hizo, en realidad, gracias a su abuelo Marcial Camps, quien hizo la inscripción. «Lo vi como una oportunidad para que mi familia pudiera conocer algunas de las investigaciones que he realizado en los últimos años, ya que todo trabajo que realizo fuera de la isla es en inglés».

Otros trabajos defendidos en el certamen fueron, por ejemplo, un estudio sobre el grupo Los Parranderos, de Jordi Orell; sobre la inclusión de la población rom en la Europa del este, de Blai Barber; o dedicada a la Menorca rural y la educación por proyectos, de Rosa Gil; entre otros.