Una cincuentena de voluntarios se han inscrito para participar en las tareas de vigilancia del nido en el que se espera que eclosionen los huevos de la tortuga marina | Gemma Andreu

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Una cincuentena de voluntarios se han inscrito para participar en las tareas de vigilancia del nido en el que se espera que eclosionen los huevos de la tortuga marina (Caretta caretta) que el pasado 19 de junio hizo una puesta en la playa de Punta Prima, en Sant Lluís. Se da el caso de que la vigilancia se ha intensificado después de que hayan nacido las primeras nueve tortugas en el Centre de Recuperació de Fauna Silvestre del GOB en Ciutadella.

Y es que de los 132 huevos que depositó la tortuga en el arenal de Punta Prima en junio, 17 fueron trasladados a una incubadora del Consorci de Recuperació de Fauna de les Illes Balears (Cofib) en Mallorca, 19 fueron derivados al centro de Ciutadella, y el resto se depositaron en la playa de Sa Mesquida.

Hasta ese lugar se desplazaron este viernes por la tarde representantes municipales de Maó y Sant Lluís, insulares y autonómicos, entre ellos el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, además de miembros del GOB y del Cofib.

Vigilancia

El GOB Menorca, el Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam) y las asociaciones Per la Mar Viva y Menorca Preservation Fund coordinan las tareas de custodia, las 24 horas del día, del cercado que se colocó alrededor del nido en Sa Mesquida. A partir de ahora se extrema la vigilancia, tras las primeras eclosiones después de 48 días de incubación. Un periodo dentro de lo habitual, ya que las tortugas acostumbran a nacer entre 45 y 55 días después de la puesta.

Desde la consellería balear, Miquel Mir recordó que las puestas de tortugas son algo inédito en Balears desde el verano pasado cuando hubo dos puestas en Eivissa. «Supone un nuevo reto ambiental que el Govern asume con ilusión y sentido de la responsabilidad». Además, señaló que «la comunidad científica tiende a asociar este fenómeno con el incremento de la temperatura del mar» a raíz del cambio climático.

En Sa Mesquida se ha instalado una mesa informativa, donde los voluntarios podrán refugiarse del sol y explicar a los visitantes la actuación que se lleva a cabo. En cualquier caso, se hace una llamada a la responsabilidad, recordando que no hay que aproximarse al nido por la extrema fragilidad de los huevos, sensibles incluso a las vibraciones por las pisadas.