Imagen de archivo de los controles del servicio de Sanidad Exterior en el Aeropuerto de Son Sant Joan.

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No es suya la responsabilidad, pero resulta evidente que el protocolo de control sanitario ha fallado porque no detectó el contagio de dos residentes en Ciutadella que el martes consiguieron regresar a su casa después de haberse quedado atrapados en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, durante tres meses, de donde es originaria la esposa, junto a la hija menor de ambos.

«Hemos cumplido con todo los que nos pidieron, informamos en cada aeropuerto que procedíamos de Bolivia, porque es un país de riesgo, y no nos pusieron ningún impedimento para llegar hasta casa», explicó ayer el marido. La larga espera tras la cancelación del vuelo con el que debían volver a España el 23 de marzo, se ha visto sacudida ahora por el contagio del matrimonio, detectado en Ciutadella, en el Canal Salat.

En el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, les hicieron personarse 6 horas antes de la salida prevista para las 18 horas. Ocuparon sus asientos en un avión repleto con 300 pasajeros, un vuelo chárter gestionado por el consulado español a casi 1.000 euros el billete. «Nos tomaron la temperatura, volamos con la mascarilla puesta, y al llegar a Madrid, tras haber rellenado el cuestionario, pasamos por la cámara termográfica». Añade que «le explicamos a la sanitaria que teníamos reserva en un hotel para descansar despues de 40 horas dese que habíamos salido de Comarapa, por si había algún problema, y nos dijo que no, incluso que podíamos salir a comer, aunque no lo hicimos». Al día siguiente por la tarde volaron hacia Palma y Menorca donde llegaron a las 22 horas. Un taxi los trasladó a su casa, en Ciutadella. Se sometieron a los mismos controles en cada aeropuerto.

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«Cuando me levanté el miércoles me noté muy cansado y con dolor de espalda, pero no era el mismo cansancio que tenía en anteriores viajes a Bolivia», relata el hombre. Por eso llamó al 061 para pedir que le hicieran la prueba, consciente del país del que procedía. Le citaron al día siguiente en el centro médico al que acudió con su esposa y su hija a pie. Regresaron a casa y por la noche les confirmaron el positivo en coronavirus. La niña dio negativo.

«No hemos visto a familia ni amigos, solo salimos para ir al médico, teníamos claro que íbamos a guardar la cuarentena cuando llegáramos». No siente ninguna responsabilidad añadida, indica, «somos asintomáticos, estamos bien, pero es que si hubiéramos tenido alguna duda, o nos hubiesen hecho la prueba en Bolivia, no habríamos viajado».

En Santa Cruz de la Sierra, la ciudad boliviana más azotada por el virus, la situación ha sido y es «muy dura», con 13.539 personas contagiadas. Revela que «en nuestra misma calle de Comarapa -a 240 km de Santa Cruz- fallecieron cuatro personas, y yo he ayudado con las denominadas ollas comunes aunque no he participado en ellas; allí hay mucha gente que no cumple la cuarentena, pero es que no pueden hacerlo porque no tienen para comer».