La maquinaria pesada trabaja por las mañanas en la construcción de la pasarela para unir el Moll d’en Pons y Cala Corb | Javier Coll

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Un turista tomando el sol en la terrazas de un hotel y a escasos metros una retroexcavadora taladrando la piedra y los tímpanos de vecinos y visitantes. Es la escena que se está viviendo estos días, en pleno apogeo de la temporada turística, en los muelles de Es Castell, donde la Autoridad Portuària de Balears (APB) está ejecutando el proyecto para unir el Moll d'en Pons y Cala Corb con una pasarela. Parece un contrasentido, y algunos establecimientos aseguran que está provocando cancelaciones, pero es perfectamente legal ya que la ordenanza municipal permite trabajar con maquinaria pesada desde las 10 horas hasta las 13 horas.

No se trata de un caso aislado. A pesar de la importancia que tiene la actividad turística para la Isla, la mayoría de consistorios menorquines –cinco de ocho– autorizan este tipo de trabajos más ruidosos en los meses punta del verano. Solo Ciutadella, Alaior y Es Mercadal se han blindado ante ese tipo de molestias y prohíben expresamente en sus ordenanzas de contaminación por ruidos y vibraciones la ejecución de obras con maquinaria pesada (excavadoras, compresores, discos, etc.) durante los meses de mayor afluencia turística, julio y agosto, una restricción que no afecta a zonas industriales, rurales o que no tengan ninguna incidencia sobre viviendas y que puede sortearse en el caso de que la naturaleza de la obra se gane el permiso especial del consistorio.

Temporada media

En esos tres municipios, las ordenanzas de ruido son calcadas en lo que respecta a los trabajos que se desarrollan en la vía pública y edificaciones, ya sean de promoción privada o pública. El horario habitual durante todo el año para este tipo de actividades de construcción es de ocho de la mañana a una de la tarde y de tres a seis de la tarde. En los meses de los extremos de la campaña, la temporada media, mayo, junio, septiembre y octubre, se restringe a cinco horas por la mañana (de las 8 a las 13 horas).

El resto de municipios incluyen la misma restricción horaria en los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, pero en el caso de los meses de julio y agosto no han optado por el veto total, sino que se limitan a endurecer esa restricción a solo tres horas en horario de mañana (de 10 a 13 horas). Entre los ayuntamientos permisivos destaca especialmente el Ayuntamiento de Maó. Su ordenanza de ruido y vibraciones no hace distinciones entre la temporada alta y los meses de campaña turística con una menor afluencia turística.

Establece que de mayo a octubre, con el objetivo de minimizar las molestias, los trabajos con maquinaria pesada solo pueden desarrollarse entre las 8 y las 14 horas, dejando seis horas para que excavadoras, martillos y radiales avancen trabajo en los meses de julio y agosto, sin hacer distinciones para aquellas zonas en las que hay negocios turísticos o bloques de viviendas.

Cualquier restricción, incluso las referidas a la prohibición de proseguir los trabajos en horario nocturno, no afecta a aquellas obras que tienen un carácter urgente por razones de necesidad o peligro o que por los inconvenientes propios del proyecto no se pueden desarrollar en horario diurno. En esos casos debe haber una autorización expresa y excepcional de los ayuntamientos.