Las viejas campanas están depositadas actualmente a la intemperie en una nave del polígono industrial de Ciutadella.
La concejal Isabel Rodríguez, que defendió la moción aprobada por unanimidad, argumentó que el interés de esta demanda a la Comisión de Patrimonio de Santa Eulàlia tiene por una parte un carácter emocional y, por otra, responde al propósito de recuperar para el pueblo unos elementos singulares del patrimonio local, vinculados además a una institución significada como es la Iglesia.
Historia local
El escrito señala que estos instrumentos fueron durante décadas los portavoces y anunciadores de grandes y pequeños acontecimientos del pueblo de Alaior.
El conjunto se compone de tres campanas que como suele ser habitual se identifican con nombre propio. La mayor se llama Santa Eulàlia, como la parroquia a la que pertenecía. Una segunda se dedicó en su día a Santa Àgueda, en recuerdo de la tradición que le atribuye haber impedido mayores desgracias durante la caída de un rayo en el campanario el año 1943. La tercera está bendecida con el nombre de Sant Llorenç, que es el referente de las fiestas de Alaior.
Dos de ellas están agrietadas, presentan un desigual estado de conservación y se consideran obsoletas en tanto instrumentos que son. Pese a ello, el Ayuntamiento ha mostrado reiteradamente el interés de poder las recuperar para el pueblo, restaurarlas si es posible y darles un nuevo uso ornamental como esculturas de fundición que podrían servir para embellecer cualquier rincón del pueblo.
3 comentarios
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Sugiero que se recuperen como bien patrimonial del pueblo y que sirvan también como recuerdo de Rubí. que yo he visto como se colgaba de las mismas para hacerlas voltear
Trob que el pp alaiorenc hauria de centrar-se amb lo que manca as poble i no amb ses campanes...
Me parece de sentido común que se recuperen las campanas porque no pintan nada en Ciudadela. Y si se las quisiese dar un destino ornamental, propongo que se coloquen donde está ahora el atroz «llangardaix», que tanto afea la vista de la ciudad, o bien en sustitución de la grotesca pelota de herraduras roñosas que destroza la imagen de la preciosa ermita de Sant Pere Nou.