Imagen de uno de los pocos carteles de alquiler que se pueden encontrar en el centro de Ciutadella | Gemma Andreu

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Hay pocos y caros. La demanda sigue siendo mayor que la oferta. Así se comporta el alquiler residencial en Menorca, un mercado que se ha visto azotado por el boom del arrendamiento turístico y que pese a las previsiones de que la zonificación va a desplazar un buen puñado de viviendas al uso residencial, este verano se ha mantenido sin cambios. El mapa turístico ha llegado tarde y sin un control del arrendamiento que se ha quedado fuera de la zonificación.

La baja oferta y la elevada demanda han sido los responsables de que en los últimos tres o cuatro años el precio del alquiler residencial haya aumentado entre un 30 y un 40 por ciento, según afirma el gerente de Bonnin Sanso, Francesc Pons. No obstante, las inmobiliarias coinciden en apuntar que se ha tocado techo. Prevén una estabilidad en el precio. No se producirán bajadas y los incrementos «esperamos que sean de un par de puntos», asegura Pons. Otro incremento sería «difícil de absorber».

El precio medio de un piso estándar de 90 metros cuadrados, tres habitaciones y dos baños oscila ahora entre los 650 y los 750 euros cuando hace tres o cuatro años, se podía alquilar por 200 euros menos, asegura Pons, en Maó y Ciutadella. En la zona centro de la Isla, los precios son algo menos desorbitados.

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