La primera oferta por la compra fue la de Meruelo Investiment SL por 3 millones de euros, formalizada por burofax el mes de diciembre, con una fecha para la firma, el 31 de mayo. Así habría transcurrido el tiempo que disponían las administraciones para ejercer su derecho preferente de compra. Algunos de los 16 propietarios seguían oponiéndose a la operación.
La semana pasada, por sorpresa, se formalizó una segunda oferta, por parte la sociedad Fincolom, en representación de un inversor francés cuya identidad no se ha dado a conocer, por un importe de 3,1 millones de euros. El ingeniero agrónomo Antoni Roca actuó como su representante. Él es quien ha gestionado todas las iniciativas en la Illa d'en Colom en las últimas dos décadas y es el representante de los propietarios en la junta del parque natural de S'Albufera, del que forma parte el islote.
La oferta del francés pareció calar entre los familiares y todos se mostraron de acuerdo en la firma ante notario, que se había fijado para el 30 de mayo, un día antes de la firma de la venta con Meruelo. Algunos pudieron haber simulado que estaban de acuerdo, a la vista del resultado final. Los abogados prepararon la documentación y las representaciones de los propietarios y el martes se depositaron los cheques por valor de 3,1 millones.
Pero con los 16 propietarios, en persona o por representación, en la notaría, a la cinco de la tarde, se presentó José Lombardía Rodríguez con otros dos abogados, quienes formularon una contraoferta de 3,2 millones y el permiso para que los familiares usen el islote hasta el mes de octubre. Se volvió a reproducir la división entre los propietarios hasta que el inversor francés retiró su oferta. Aún así, seguía viva la oposición de una parte con la venta a Meruelo. Finalmente, uno de los propietarios, Joan Pons Alzina, tras reunirse con Lombardía planteó la posibilidad de adquirir la parte de otros familiares. Eso y las posibles consecuencia en un proceso judicial sirvió para vencer la oposición y al final todos firmaron la venta.
También fue determinante que Meruelo pusiera los cheques con fecha del día sobre la mesa, mientras que la oferta del francés no se haría efectiva hasta superar los tres meses que de nuevo tendrían el Consell y Costas para ejercer un derecho preferente de compra.
Un final de película, sin que de momento se conozca qué quiere hacer con el islote su nuevo propietario.
7 comentarios
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No acabo de entender la diferencia entre una propiedad local o extranjera. En todo caso, valoraría cuál es la actividad promovida. Muchos de los llocs abandonados y vendidos 'pets senyors' -cosa comprensible dados los gastos que conllevan-, han sido comprados por extranjeros y desarrollan proyectos agrícolas y ganaderos muy atractivos.
Menudo culebrón!!! La avaricia rompió el saco.
El problema en menorca es que no sabe lo que es ...hace años no esta definida...el turismo tiene tropecientos donde ir...a unos sitios peoresny otros sitios mejores....sin contar lo rural que esta funcionando y turismo de ciudad .. Sol y playa....dmqsiqdow años mamando de la teta...a espabilar o morir..parece que esto ultimo es lo que esta pasando ..no hay problema la isla la mantendrán los políticos de turno...con sus salarios...
Que poco queréis a vuestra roqueta!
Las politicas actuales,,,la venta a la baja esta a la orden del dia, la bajada de turistas en Menorca,,otro de los síntomas,,de la actual política turística de Menorca...si sigue asi,,mal lo tienen los agentes económicos de Menorca,
Jordi, yo vendí hace unos meses a un inversor extranjero, mantenía la propiedad que tenia con los ingresos del alquiler turístico del que no pagaba pocos impuestos, lo cual nos beneficiaba a todos, la incertidumbre causada por el actual gobierno en el Consell insular respecto los alquileres turisticos, hizo que decidiera no poner en riesgo poder conservar mi propiedad, mi inversión, en definitiva mi patrimonio.
Pura especulación, pura y dura, alguien lo duda? Poco a poco, Menorca será cada vez más de los inversores extranjeros y menos de los locales. Es el caso de Ibiza y de Mallorca. Es este contexto, defender la cultura y la lengua, y las tradiciones de Menorca se ve ridículo e inservible. Así, la próxima generación de menorquines veran lo auténtico de Menorca en el museo.