Las urbanizaciones turísticas concentran la gran mayoría de la oferta autorizada de casas de alquiler turístico. | Archivo

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La zonificación del alquiler turística anunciada por el Consell se ajusta bastante al mapa insular de las viviendas que ya disponen de licencia de actividad. La gran mayoría, el 82,6 por ciento, se ubican en las urbanizaciones turísticas y en los seis núcleos eximidos del veto al alquiler vacacional anunciado por el ente insular.

Dicho de otra forma, solo 742 de las 4.250 viviendas autorizadas actualmente para el alquiler se quedarían fuera de la llamada zonificación, aunque cabe recordar que los propietarios que ya tienen licencia no se verán afectados por un veto que, sin efectos retroactivos, solo impedirá las nuevas autorizaciones.

El registro del departamento de Ordenación Turística del Consell revela que hasta el pasado mes de agosto, cuando entró en vigor la moratoria en la concesión de nuevas licencias, 427 propietarios habían obtenido permiso para alquilar a turistas entre los cascos urbanos de los ocho municipios de Menorca y el suelo rústico. Otras 315 casas con licencias están ubicadas en núcleos aislados de interior, que el Consell, siguiendo los usos establecidos por el Plan Territorial Insular, no cree que deban destinarse al turismo.

Maó y Es Castell, a la contra

El mapa actual del alquiler vacacional regularizado muestra la clara preponderancia de las urbanizaciones turísticas, donde se ubican la gran mayoría de casas unifamiliares.

Esta realidad es todavía más evidente en Ciutadella, Es Mercadal, Alaior, Sant Lluís y Es Migjorn Gran, donde el porcentaje de viviendas con licencia que se ubican en estos núcleos de costa es superior a la media insular y se sitúa por encima del 90 por ciento.

Sin embargo hay dos municipios en los que la situación es radicalmente opuesta, Maó y Es Castell, donde el porcentaje de viviendas que se quedarían fuera de la zonificación anunciada por el Consell (siempre en condicional porque no perderán la licencia) es del 79,8 y del 71 por ciento respectivamente.

Son dos municipios con muy pocas urbanizaciones turísticas que han visto como quedaban excluidos núcleos que nacieron con vocación residencial, pero que en la práctica tienen también uso turístico. En estas dos localidades la apertura de los alquileres a las casas adosadas y entre medianeras provocó un repunte de las licencias urbanas que plasma la estadística.