Los puntos de atraque que gestionaba Trapsa en el puerto de Maó y que en el plazo de un mes debe retornar a Autoridad Portuaria | Javier Coll

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Para el Club Marítimo de Mahón (CMM) la caducidad de la concesión de Trapsa Yates en el Moll de Llevant ha sido «una grata noticia», afirmó este viernes su presidente, Antonio Hernández, quien no ocultó su satisfacción porque «se nos abre la puerta para poder recuperar los amarres». Ahora bien, si el club presenta una propuesta de marcado carácter social y como entidad sin fines lucrativos para gestionar la concesión, deberá dedicar cómo máximo un 20 por ciento del número de amarres a las embarcaciones de eslora superior a 12 metros; el 80 por ciento restante deberá destinarse a los barcos de eslora inferior, de acuerdo con el artículo 86 del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante.

Si el Club Marítimo plantea una propuesta de este tipo y Autoridad Portuaria de Balears (APB) lo considera de interés, el organismo abriría entonces una competencia de proyectos (sistema distinto al concurso público) para conceder el uso del dominio público portuario. Es la vía utilizada por el Club Náutico de Ibiza para hacerse con la gestión de la marina, cuya concesión acabó en 2010 y que después explotaba con autorizaciones temporales. En 2015 planteó, al amparo de la Ley de Puertos la solicitud de una nueva concesión incidiendo en la parte social del proyecto. APB inició el trámite de competencia de proyectos, al que se presentaron tres propuestas, y en febrero de este año el Consejo de Administración aprobó los criterios que debían regir la elección del proyecto de mayor interés portuario; por último, una comisión técnica seleccionó el pasado julio la propuesta del Club Náutico.

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