Imagen de un grupo de estudiantes rodeando a un joven en un instituto ubicado en la zona de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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Ocurre en el aula, en el patio o en los lavabos del colegio. El maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada era un problema oculto hasta hace bien poco. No obstante, el curso pasado se confirmaron once casos de acoso escolar en los centros de la Isla. Según los datos extraídos de las memorias de convivencia que cada centro educativo remite anualmente al Institut per a la Convivència i l'Èxit Escolar (Convivèxit) del Govern, se extrae que se abrieron tres veces más protocolos de los que finalmente acabaron confirmándose como bullying. En concreto, se iniciaron 31 actuaciones por presunto acoso escolar. Aunque finalmente, dos terceras partes no fueron considerados como tal tras ser valorados y analizados.

Además, de estos expedientes que se abrieron hubo tres que tuvieron relación con el ciberacoso, es decir, el acoso virtual y cibernético que se suele dar a través de las redes sociales.

A pesar de no ser considerado un caso de acoso escolar y no requerir las actuaciones que marca el protocolo, cada asunto en sí es tratado para llegar a una solución al respecto. Es, en este sentido, que los centros educativos informan que de los 31 casos que presuntamente parecían bullying, 25 se solucionaron y cerraron con resultados positivos.