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Con un contrato de trabajo, pero sin casa donde dormir. Es el nuevo perfil de usuarios que está tocando a la puerta de Caritas de Menorca, víctima del 'boom' del alquiler turístico y la ausencia de viviendas a precios asequibles. O no tienen donde dormir o lo tienen pero no lo pueden pagar por tratarse de alquileres adaptados a la actividad vacacional. Caritas ha detectado en lo que lleva de año un incremento «notable» de las demandas relacionadas con vivienda. En estos momentos, ocho de cada diez respuestas del proyecto dedicado al acompañamiento en derechos sociales han sido por este problema que pone en jaque a los trabajadores. «Cuesta imaginar que te vengan a ver con un contrato de trabajo en la mano y sin saber donde dormir, es chocante» indicaba ayer el secretario general de Caritas, Guillem Ferrer, quien indica que resurge el problema de la vivienda, pero desde otra dimensión.