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«Cuanta más agua se desale más económico es el metro cúbico». Lo suscribe el gerente de la Agència Balear de l'Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua), Antoni Garcías, en relación a la desaladora de Ciutadella.

La infraestructura tiene capacidad para poder tratar un máximo de 3,5 hectómetros cúbicos al año, no obstante, el acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Ciutadella y el Govern es ponerla en marcha para generar 750.000 metros cúbicos al año y suministrar a las urbanizaciones de Cala en Bosc y Cala Blanca.

Consecuentemente el precio del agua será superior que si la planta estuviera a su máximo rendimiento, aunque se ahorran una inversión de cinco millones de euros en canalizaciones que el gerente de Abaqua asegura que están dispuestos a asumir, pero que deberían repercutirlo en los costes de la desaladora.

Explica Garcías que producir un metro cúbico de agua desalada cuesta 60 céntimos tan solo en consumo eléctrico. A ello debe añadirse el resto de costes asociados por lo que entiende que un precio de como mínimo un euro el metro cúbico «no sería una barbaridad, puesto que estamos dispuestos a comprar agua que viene en camiones por un precio cinco o seis veces superior», sostiene. Sin embargo, deja claro que las tarifas de suministro son competencia municipal y es el Consistorio quien debe decidir si repercuten los costes o no.

La ordenanza municipal que regula las tarifas contempla precios progresivos según el consumo. El euro por metro cubico orientativo que costaría producir agua desalada es el doble que el precio medio de las tarifas, que se sitúa en 0,54 céntimos. Además, es cinco veces superior al tramo más bajo, es decir, al precio de los que consumen menos, que pagan el metro cúbico a 20 céntimos. Triplica el segundo tramo y, de hecho, es más caro que la tarifa más alta, que cuesta 91 céntimos y se aplica a los llamados grandes consumidores.

Cabe señalar, como tambíen apunta Garcías, que el precio del agua en Ciutadella es de los más bajos de Balears con diferencia. Una política que incentiva el consumo excesivo y que, a largo plazo, tiene serias consecuencias medioambientales para los acuíferos del municipio.

Garcías insiste en que es competencia municipal, pero considera lógico que el Consistorio se plantee incrementar el precio del agua: «para ahorrar no podemos mantener estas tarifas», señala. El gerente de Abaqua considera que sería suficiente con aumentar el precio del agua para los abonados del tramo alto, es decir, los que más agua consumen, para asumir los costes del agua desalada. El incremento recaería entonces en aquellas urbanizaciones que tienen grandes zonas ajardinadas y complejos hoteleros de grandes dimensiones.

Lo que tiene claro es que no puede seguir extrayéndose agua de Es Caragolí. «Recuperarlo será muy difícil, una vez se saliniza resulta muy complicado, en la bahía de Palma ha costado 20 años con la ayuda de agua depurada», lamenta.