Cavalleria y Cala de S’Enclusa son dos de las playas en las que la ocupación ha sido motivo de queja ciudadana. El despliegue de hamacas, sillas y sombrillas es de una intensidad que Costas lo considera ocupación

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La Demarcación de Costas en Menorca no tiene constancia de ninguna petición de autorización por parte de yates o empresas de chárter de embarcaciones de lujo para ocupar temporalmente arenales de playas vírgenes con hamacas, mesas, sillas y sombrillas, como ocurrió recientemente en Cavalleria. A la luz de la normativa actual dicha instalación, aunque fuera por unas horas, no contaba con una autorización oficial que es necesario tramitar y que, además, no se concede en ninguna de las playas naturales de Menorca, como así informaron este lunes desde este organismo del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.

Lo que sí está autorizado en algunas calas no urbanizadas son elementos náuticos como kayaks, pero en ningún caso hay concesiones de hamacas y sombrillas en playas situadas en espacios protegidos. Dichas instalaciones se restringen a las playas urbanizadas.

Las quejas ciudadanas hicieron trascender el caso de Cavalleria, pero un día antes, según otros usuarios informaron a Costas, un megayate -no se sabe si el mismo u otro similar-, también instaló sombrillas y hamacas en la pequeña cala de s'Enclusa (también llamada s'Arenalet). Al ser de menores dimensiones prácticamente quedó llena por los ocupantes del barco.

La polémica suscitada sobre si es igual colocar una, dos o quince sombrillas queda resuelta con la ley, ya que los usos que entrañen intensidad, rentabilidad o peligrosidad en cualquier zona del litoral requieren de permiso. Costas remite al artículo 60.2 del reglamento de la ley, que regula la utilización del espacio de dominio público marítimo-terrestre, y asegura que la instalación de un conjunto de hamacas, sombrillas, sillas y otros elementos como el de Cavalleria es una «circunstancia de intensidad» especificada en la ley, y por tanto, sujeta a autorización. Además, es un uso del espacio incluido en un negocio rentable, el del chárter de lujo.

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