Los vecinos sujetan la pancarta que abría la marcha reivindicativa que recorrió la urbanización y a la que se sumaron entre 50 y 70 personas | AAVV

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Los vecinos de Cala en Blanes se han cansado de negociar con el Ayuntamiento de Ciutadella sin que éste ofrezca soluciones a sus quejas sobre la seguridad y la contaminación sonora que padecen, aseguran, en los tramos de carretera más transitados de la urbanización, sobre todo el de la entrada.

Este domingo, entre 50 y 70 personas, según la Asociación de Vecinos, salieron a la calle para protestar, caminando o en bicicleta, y poner el foco sobre el riesgo que supone para los peatones el exceso de velocidad al que circulan los coches por el interior de esta zona residencial y turística.

El vicepresidente de la entidad, Joan Sastre, se mostró ayer satisfecho de la respuesta a la convocatoria, que llega después de varios intentos de acuerdo con el Consistorio. «Pedimos que hagan controles de velocidad, que instalen un radar, porque la entrada de la urbanización, por la que llegan a circular cerca de 15.000 vehículos, se ha convertido en una autopista». La marcha vecinal, bajo el lema «SOS Cala en Blanes 2016. Mobilitat Sostenible», salió del parking de Torre de s'Aigua y realizó un recorrido por la urbanización en el que los participantes, con numerosas pancartas, pidieron soluciones no solo para el problema del exceso de velocidad, sino también para mejorar la imagen, la limpieza y el mantenimiento.

«La urbanización está sucia y falta civismo», afirmó Sastre, quien añade que además de que los servicios municipales deberían desbrozar y regular el tráfico, los residentes deben contribuir respetando las normas y horarios para sacar la basura y los enseres viejos.