El Govern ha cerrado ocho espacios en el primer piso | Gemma Andreu

TW
6

Tenía solar, proyecto ganador, arquitecto para levantar el edificio y unos gastos ya generados. La modificación del convenio suscrito en 2014 entre Madrid y el Govern de Bauzá para ampliar el plazo de ejecución del Parc Bit conllevó un cambio de planteamiento. La propuesta inicial ya había generado unos gastos por valor de 750.000 euros, que han caído en saco roto tras este cambio de planes. Y es que, en vez de construir un edificio de nueva planta para albergar el vivero de empresas, el convenio estipuló que se adquiriría uno existente con una redistribución de las partidas.

El Govern intentará justificar esta partida que se gastó «al inicio de todo» como una cuantía añadida al proyecto. «Forma parte del Centre Bit, aunque finalmente se renunciara a esa opción», apunta el gerente de la Fundació Bit, Pere Fuster.

Cabe recordar que el Centre Bit debía construirse en una parcela cedida gratuitamente por la Asociación del Polígono La Trotxa en las inmediaciones del edificio de Maderesa que finalmente lo albergará. Se presentaron al concurso 27 proyectos y, finalmente, se eligió el diseñado por el arquitecto catalán Juli Capella. Alaior llegó a aprobar la licencia de actividades y obras para su construcción, no obstante, con el cambio de gobierno el proyecto quedó paralizado porque el dinero transferido se invirtió en otras cosas, tal como denunció el PP en su momento. También apuntaban a un proyecto que no era viable ni sostenible. Finalmente, se dio salida con un cambio de planes.

Fuster explica que tras la compra del edificio de Maderesa, el Ejecutivo ha trabajado a contrarreloj para justificar la máxima cantidad de dinero dentro de plazo. El convenio suscrito caducaba el 31 de diciembre pasado. A pesar del corto plazo del que disponía el Govern para justificar el proyecto, en la reunión mantenida entre Francina Armengol y el ministro Montoro, se aceptó una prórroga de un año de las inversiones estatutarias, entre ellas la del Centre Bit. Fuster indica que «falta un documento que así lo contemple» y a pesar del panorama político actual tras las elecciones, confía en esta prórroga.

La compra se cerró por 3.550.900 euros, una cifra que se sitúa unos 100.000 euros por debajo del precio de mercado. Hasta el momento, el Govern ha podido justificar unos 250.000 euros entre climatización, material informático y audiovisual, mobiliario, cableado eléctrico y división de espacios. Restan aún otros 40.000 euros que obedecen a la parcelación de más despachos, señalítica y al tratamiento que requiere la fachada del edificio. Pere Fuster confía en poder justificar estos gastos tras la prórroga del convenio. En caso contrario, lo asumirá el Govern con fondos propios.

Si es factible la inclusión de los 750.000 euros del proyecto fallido a los 3,8 millones ya gastados en el edificio Maderesa, restarán pendientes cerca de 500.000 euros del total de la inversión estatutaria. «Miraremos de aprovecharlos en aquello que sea necesario para el Centre, sin despilfarros», explica Fuster. Las previsiones son que el Centre Bit abra sus puertas en junio.