La montaña de restos de madera en el muelle del Cós Nou | Gemma Andreu

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El segundo cargamento de astillas de madera que la empresa local Binife Logística, en alianza con la catalana Forestal Soliva, ha extraído de bosques menorquines saldrá este mes, de nuevo con destino al mercado italiano, donde se utiliza para generar energía. Este segundo envío será de 4.000 toneladas y junto con el que ya se vendió el pasado abril serán un total de 8.000 las toneladas de restos de madera para biomasa comercializadas este año desde la Isla.

Binife sigue trabajando en las fincas de S'Heretat des Duc, en es Migjorn Gran, y en la de Puig Menor, en Alaior, aunque el grueso del material que ahora se acumula en el muelle del Cós Nou del puerto de Maó procede de los terrenos de Es Migjorn, afirmó este miércoles el socio y administrador de la mercantil, Jaume Fortuny.

Las cuatro mil toneladas prácticamente llenan el barco que la propia multinacional italiana fleta para recoger la madera de sus distintas zonas proveedoras, entre ellas Menorca.

Treinta empleos

Binife Logística tomó el relevo a las anteriores empresas dedicadas al negocio de la biomasa en 2014 y se convirtió en la única que se dedica al aprovechamiento de la masa forestal. Su actividad genera seis empleos directos para la extracción de biomasa y 30 indirectos, ya que la empresa necesita conductores de camiones, mecánicos y paredadors para reponer las paredes secas que puedan sufrir desperfectos. En los momentos punta, cuando se suman los trabajos portuarios, esa plantilla aumenta y puede llegar incluso a duplicarse, afirma Fortuny.

El empresario se basa en esa creación de empleo para argumentar la necesidad de agilizar las autorizaciones para la biomasa, ya que si se frenan los proyectos «con el cambio de gobierno (en la Comunidad) ha habido cambio de criterios y se han añadido más informes de impacto ambiental», señala, la actividad no tiene continuidad y los trabajadores deben ir al paro hasta que se dan los permisos para actuar en una nueva finca.

«Los controles ya existían, nosotros talamos según un plan de gestión elaborado por un ingeniero, aprobado por la Conselleria de Medio Ambiente y que mensualmente es controlado por sus técnicos y por agentes forestales, no nos preocupa que vengan a verificar», asegura.

Fortuny defiende que la biomasa reduce la densidad que haría un incendio incontrolable en algunos bosques y achaca los temores sobre la explotación del bosque a que en Menorca «no hay una cultura» sobre este tipo de aprovechamiento forestal.