Una insignia sorpresa para Jordi Moya clausura el congreso de Sine Dolore

Han sido unos 40 los trabajos científicos que se han presentado en esta edición. También se dieron a conocer los dos proyectos finalistas que fueron para «Walking epidural, nuestra experiencia en tres años» elaborado por especialistas del Hospital Santa Tecla (primer finalista) y un estudio sobre si reduce la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea el dolor asociado a la esclerosis múltiple, de la Foundation Trust de Londres (segundo finalista).

A parte de este premio de carácter científico, la gala celebrada ayer en el Teatre Principal llegó cargada de sorpresas. Por primera vez dejó sin palabras al alma mater y promotor de la iniciativa que este año cumple su décimo aniversario. Jordi Moya recibió la insignia al mérito Sine Dolore, después de que la junta de la asociación aprobara otorgarle este distintivo por su empeño en situar Menorca en el mapa mundial contra el dolor. La segunda insignia que se otorgó fue a Antoni Denclar de la empresa EHM Contrata, Dirección y Gestión de Obras, por su «labor solidaria y trabajo altruista» desarrollada estos años con la entidad Sine Dolore.

El evento sirvió también para presentar a todo el público asistente la mascota Xevy. Moya tildaba ayer de «milagro» cumplir diez primaveras, Y es que considera que «organizar un congreso es fácil pero no mantener el nivel durante diez años». No negaba momentos en los que estuvieron a punto de tirar la toalla por mor a la crisis y las dificultades en las conexiones aéreas, «pero la gente ha sido fiel a un congreso de alto nivel científico que se ha mantenido gracias a los mejores ponentes del mundo». Moya aspira a que el próximo año el parque temático crezca en días y no sea solo aprovechado por los congresistas sino por todas las personas que estén en la Isla.

El evento acabó con la gala lírica a cargo de las sopranos Maria Camps y Elena Carreras, el tenor Jaume Olives y el barítono Paulino Maria.