La consellera de Turismo, Salomé Cabrera, interviene durante un pleno de la institución insular | Javier Coll Javier Coll

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El Consell ha autorizado en los dos últimos años «casi todas» las peticiones, doce, que ha informado para que proyectos convencionales de hotel y ofertas de alojamiento en suelo rústico puedan eludir el cumplimiento de «los parámetros de planeamiento territorial, urbanísticos y turísticos» que sí se exigen al resto. Y lo ha hecho, confirmó ayer la consellera Salomé Cabrera, acogiéndose a la disposición cuarta de la Ley Turística, que permite eximir de la normativa a estos proyectos, «siempre que tengan por objeto potenciar la desestacionalización, consolidar nuevos segmentos de mercado o mejorar su calidad».

El agroturismo de Torralbenc ha sido el último en beneficiarse de esta «vía extraordinaria». El hotel construido parcialmente sin licencia, mientras la administración hacía oídos sordos a las solicitudes de inspección, los técnicos del Consorcio denunciaban ser víctimas de «presiones» y sobre el que no se abrió expediente alguno hasta once meses después de su apertura, ha podido legalizar ahora a través de la Ley Turística la piscina y un edificio de nueva planta erigido sin permiso.

«Es una herramienta legal para  permitir la mejora de nuestros establecimientos», resumió ayer la consellera, quien hace un mes ya se acogió a otras disposiciones de la misma Ley Turística para autorizar el parque acuático de Biniancolla pese a proyectarse en suelo rústico protegido y ubicarse su competencia en terreno urbano.

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