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Los ayuntamientos de Menorca empiezan a preparar sus presupuestos para el año que viene, y uno de los primeros aspectos que tienen en cuenta es la previsión de ingresos mediante los impuestos y tasas municipales. Pues bien, seis de los ocho consistorios de Menorca anuncian que mantendrán en 2015 la presión fiscal sobre sus vecinos, mientras que solo dos, Maó y Alaior, ya han avanzado que los bajarán.

A pesar de la delicada situación económica de la mayoría de los ayuntamientos, el principal motivo por el que estos seis municipios deciden congelar sus tributos, si bien la mayoría no ha empezado a perfilarlo técnicamente, es su deseo de no aumentar la carga fiscal sobre sus conciudadanos. Es el caso de Ferreries, que tiene junto Ciutadella, el  tipo impositivos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) más alto de Menorca, y que llega al 0,75 por ciento. Su alcalde, Manuel Monerris, declaró que «ya nos gustaría poder bajarlos, pero la situación económica municipal y los pocos ingresos que obtenemos, al no ser un municipio básicamente turístico». De hecho, Ferreries ya aplicó en 2012 una bajada del tipo, que pasó del 0,79 al 0,75 «para contrarrestar la subida del catastro».

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