Según explica Miquel Camps, coordinador de la política territorial del GOB, "todavía no ha empezado el dragado de las zonas donde los niveles de metales pesados son más contaminantes", una cuestión que estaba pendiente de los análisis de salinidad de los fangos que se tratarán en Es Milà, cuyos resultados ya han llegado y determinan que no hay peligro.
La máquina, que está retirando fangos no peligrosos y que los está depositando en el punto fijado delante de Cala Rafalet, ya ha quitado algunos 'muertos' que estaban en el fondo marino y ha analizado el valor arqueológico de la zona a dragar.
El GOB, pendiente
Camps duda de que "los plazos previstos que decían que en junio estaría listo, se cumplan". El ecologista refuerza su tésis matizando que "de las dos dragas que vendrán, la de dentro del puerto no tiene problemas para trabajar pero la que sacará los lodos hacia Rafalet estará condicionada por las condiciones meteorológicas".
La agrupación ecologista ha reunido a un grupo de voluntarios que se encargarán de supervisar las actividades del dragado, a partir del momento en que se actúe en las zonas con mayor concentración de metales. "Vigilaremos que los fangos estén bien tratados antes de ser llevados a Es Milà", advierte Camps.
En el agua, la vigilancia será informatizada. El Instituto Oceanográfico, que se encargó de definir el punto donde se verterán los fangos, también se ha encargado de redactar un pliegue de condiciones climatológicas que se deberán cumplir para que la máquina pueda trabajar, sobre todo a niveles de corrientes.
Además, ha instalado en la zona una boya con un corrientímetro que se encargará de determinar al instante la fuerza y el tipo de corrientes para asegurar que los vertidos no se escampan en otras zonas.
Está previsto que en los próximos días comience el dragado de los fangos con una mayor presencia de metales pesados.
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¿Pero Cala Rafalet no es también un barranco?