Los champiñones, las gírgoles o los shiitakes son especies fáciles de cultivar.

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La diversidad de setas que encontramos en el bosque la podemos tener en casa. Su cultivo se ha extendido ya sea como elemento vivo decorativo, por afición micológica, por interés culinario o para su comercialización. En Menorca, pese a que existe una arraigada tradición de recogida de setas como manjar gastronómico, su cultivo aún no se ha popularizado. Para dar a conocer esta técnica, el Cercle Micològic Doctor Saurina organiza el primer curso que se realiza en la Isla.

Afición por la micología
El Taller de Cultiu de Bolets se celebrará los días 14 y 15 de marzo en el Centre de Jardineria Truvi. El profesor será Miquel Bolea Buxeda, experto cultivador de setas, asesor de pequeños productores y que ha impartido cursos en Catalunya. La matrícula cuesta 30 euros y los interesados pueden contactar a través de la web del Cercle Micològic de Menorca. Según explica Josep Lluís Melis, presidente de la entidad, «se trata de un taller de iniciación, dirigido a todos los interesados en experimentar su propio cultivo de setas como afición». Señala que el cultivo de hongos «no es fácil, pero el objetivo es iniciarnos de una manera sencilla para conseguir con éxito el cultivo partiendo de cero y con materiales al alcance». Melis comenta que, según la especie, el cultivo puede ser más o menos complicado. Así, los champiñones, gírgoles o shiitakes, que son saprófitos, es decir, que se alimentan de materia orgánica muerta o en descomposición, son fáciles de cultivar y pueden fructificar en tres semanas o en un mes. En cambio, en el caso de los hongos micorrizas, que viven en simbiosis con raíces y vegetales, como los preciados esclata-sangs o trufas, el cultivo es más delicado y lento, y pasan años hasta que fructifican.