Técnicos catalanes requeridos por la dirección del centro inspeccionaron las aulas por la mañana - Josep Bagur Gomila

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La concejal de Educación del Ayuntamiento de Ciutadella, Auxiliadora Pons, ha solicitado a la Conselleria de Educación del Govern balear que inspeccione la estructura de todos los colegios de la ciudad. La petición llega tras el derrumbe de parte del techo del colegio de Calós, y tras la inquietud que este hecho ha creado en los demás centros del municipio.

«Tras lo sucedido, los responsables de los colegios de la ciudad están preocupados, ya que el mantenimiento de estos edificios no es el correcto», apunta Pons.

El lunes, técnicos del Ayuntamiento de Ciutadella ya revisaron el techo del CP Joan Benejam, y también debían visitar el CP Mare de Déu del Toro. Pons quiere que estas inspecciones se extiendan a todos los centros de la ciudad, y que sean técnicos de la Conselleria los que las lleven a cabo, pues la competencia sobre la estructura de estos edificios es del Govern.

Tres causas en Calós
Esta solicitud llega el mismo día en el que los técnicos catalanes contratados por el colegio Sant Francesc de Sales revisaron exhaustivamente la estructura del edificio. Su conclusión es la misma que ya habían ofrecido los técnicos que el lunes visitaron el inmueble: la zona no afectada por el derrumbe es segura, y por lo tanto las clases pueden retomarse hoy con total normalidad.

Lluis Moya, doctor en Arquitectura y catedrático en Estructuras, sentenció que «las condiciones de seguridad son las que corresponden a un edificio de estas características». En este sentido, añadió que «es cierto que existen algunas fisuras, pero no comportan ningún riesgo para las personas».

Moya hizo esta afirmación tras desvelar que el derrumbe del pasado domingo se debió a la conjunción de tres factores. Por un lado, la acumulación en el techo de agua y también de materiales que se habían instalado como refuerzo de la estructura y que absorbieron agua y humedad.

En segundo lugar, lo que técnicamente se denomina «luz relevante», es decir, una distancia considerable entre los diferentes elementos que aguantaban el techo. Y en tercer lugar, un envejecimiento natural de la infraestructura.

«Cada causa por separado no habría sido suficiente para colapsar la estructura, y por eso hemos buscado puntos en los que pudieran repetirse estas situaciones, y no hemos hallado ninguno tras una minuciosa revisión del edificio», concluyó Moya.

Así, por ejemplo, explicó que la zona más próxima al derrumbe fue reforzada en 1993, y la estructura actual permite soportar una carga cuatro veces superior a la de la zona derrumbada.

Una semanas de obras

Tras el análisis de ayer, solamente dos aulas del edificio quedarán sin utilizar, además evidentemente de la zona derrumbada. En estas dos aulas deberán realizarse obras para recuperar el falso techo que se ha retirado para hacer el análisis técnico.

En principio, esta actuación durará una semana, en la que los dos grupos de quinto curso serán reubicados en la biblioteca y en el aula de audiovisuales. De todos modos, la dirección del centro se plantea demorar este traslado hasta las vacaciones de Navidad.

Más allá de estas actuaciones puntuales, deberán realizarse otras intervenciones en el edificio que aún no han sido concretadas, pero que en principio serán compatibles con la actividad lectiva habitual del colegio.