El Saló Illa de Menorca mira hacia el futuro

Pero más allá de los resultados, hay que decir que quizás el primer logro ha sido conseguir la autorización de la Fédération Internationale de l'Art Photographique (FIAP) para organizar un certamen dentro de su circuito mundial, algo que no resulta fácil. A la postre, la larga tradición en el mundo de la fotografía de la sección fotográfica del Cercle fue una razón de peso para dar luz verde a una convocatoria que ha superado con nota su primera prueba.

Confiesan desde la organización que la primera sorpresa se la han llevado con la gran participación. Calculaban que podría rondar los cien fotógrafos, una cifra que finalmente se dobló. Pero dejando de un lado la capacidad de convocatoria, otra de las grandes alegrías que se han llevado ha sido la del origen de las instantáneas recibidas, desde muchos rincones del mundo (más de 30 países).

No obstante, por encima de esos aspectos, la guinda al certamen se la ha puesto el gran nivel artístico que se ha registrado, apuntan desde la organización. Y es que el jurado tuvo mucho trabajo el fin de semana pasado para elegir las instantáneas premiadas.

El salón fotográfico, en el que se podía concursar en las secciones de color y blanco y negro, se ha dividido en su primera edición en dos grandes secciones. La primera de ellas, la más importante, la que incluía las medallas de la FIAP. Por otra parte se convocó una segunda, la CEF (Confederación Española de Fotografía), para premiar a los autores españoles que entraron entre la selección final pero no fueron premiados por la FIAP. Cabe señalar que de las 1.412 obras presentadas fueron aceptadas 327.

También se entregó el Premio de Honor del Salón al mejor autor, el valenciano José Beut, que fue galardonado con la insignia especial de la FIAP y el único premio en metálico, de 300 euros.