El Consell interpreta como un ejercicio de «responsabilidad» que el Govern haya incluido en los presupuestos para 2014 una disposición adicional que condiciona el reparto de los 35,6 millones de euros reservados a cuenta de la mejora de la financiación a la aprobación el año que viene de la nueva ley que debe regularla.
Esa disposición es entendida desde la oposición como «un chantaje inadmisible» ante las dificultades de llegar al acuerdo prometido, -ya que el Govern no avanzará ni un euro, si no se aprueba la nueva ley en fase de negociación-, en palabras del portavoz del PSOE en el Consell, Joan Marqués, encargado de defender una propuesta de acuerdo que buscaba el rechazo de la máxima institución a la mencionada disposición adicional. Los consellers populares votaron en contra de la propuesta del PSOE, que sí recibió el apoyo de la consellera del PSM, Maite Salord.
La vicepresidenta del Consell, Pilar Pons Faner, fue la encargada de defender la postura del equipo de gobierno del PP y lo que primero que hizo es celebrar que «por primera vez admiten que el sistema de 'bestretes' (anticipos) era un problema». Pons Faner explicó que «se nos requiere una rigurosidad que antes no había: esta situación no se podía mantener, advirtió, en relación a la llegada de dinero mediante pacto tácito con el Govern del Pacte a cuenta de una ley de financiación que debía haberse revisado en el año 2007.
Pons Faner defendió que es una cuestión de «responsabilidad» esperar a que se apruebe la nueva ley que «debe marcar los criterios para conocer qué cantidad le pertoca al Consell». Por su parte, Salord entendió que «no se puede pactar la financiación con amenazas y presiones».
El presidente del Consell, Santiago Tadeo, tomó la palabra para cerrar el debate y lo hizo negando con contundencia que acepte presiones por parte de Bauzá: «No se ha llegado a ningún acuerdo todavía precisamente porque no acepto presiones». Tadeo esgrimió la sentencia del caso Cesgarden para responder a socialistas y nacionalistas.
«No tengo ninguna presión -enfatizó- la verdadera presión es Cesgarden: me preocupa mucho más la sentencia que el nuevo modelo de financiación». Una afirmación que contrasta con la advertencia de Tadeo de que «negociamos en el peor momento - en alusión a la crisis y a la «incapacidad» de PSOE y PSM de lograr un acuerdo cuando gobernaban, en «tiempos de bonanza»-.
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