La Secretaría de Estado de Medio Ambiente ha dado luz verde al proyecto para la instalación de un segundo cable entre Menorca y Mallorca con el objeto de dar así mayor fiabilidad al sistema eléctrico. El análisis ambiental del proyecto ve suficientes las medidas preventivas y correctoras propuestas y concluye que «quedarán adecuadamente protegidos el medio ambiente y los recursos naturales».
Y todo ello pese a que se afectará, de forma ineludible, a una extensión de 500 metros cuadrados de posidonia junto a la costa de Menorca y a que la ampliación de la actual subestación eléctrica de Ciutadella en 1,3 hectáreas sobre suelo agrícola acarrea un «riesgo potencial de contaminación».
El Instituto Español de Oceanografía abogó por estudiar alternativas al cable submarino y pidió un nuevo trazado para eludir las praderas de posidonia y las zonas de protección, pero el Ministerio ha dado por buenas las medidas de Red Eléctrica.
El segundo cable, contenido en el Plan Sectorial Energético de Balears, discurrirá durante 12 kilómetros bajo tierra, en el tramo comprendido entre la subestación de Ciutadella y Cala en Bosc, cubrirá otros 40 kilómetros soterrado en el mar hasta Cala Mesquida (Mallorca) y llegará hasta la estación de Artà, situada a 15 kilómetros de distancia.
El tramo de salida desde Menorca precisará acometer una perforación horizontal de 236 metros que atravesará el Racó de Son Xoriguer.
El trazado submarino irá enterrado a un metro, en profundidades de hasta 70 metros. Primero se tenderá el cable desde un barco, colocando sobre él un vehículo submarino que, mediante chorros de agua a alta presión, pone los sedimentos en suspensión hasta hundirlo y tapar la zanja.
El proyecto valora también la necesidad de mantener en funcionamiento el actual cable eléctrico, ya que así se asegura «el abastecimiento adecuado» a Menorca.
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