Fortaleza, equilibrio, matriculación y futuro. Estos son los cuatro pilares sobre los que se sustenta la decimonovena edición de la Universitat Internacional de Menorca Illa del Rei que arrancará a finales de enero con una oferta de siete talleres que se van a impartir a lo largo de todo el año.
El director de la UIMIR, Josep Maria Fullola, destacó ayer la «consolidación» del modelo elegido hace un par de años. Su apuesta de futuro se basa en unos cursos planteados no solo desde el mundo académico sino también desde el tejido social y económico menorquín. A ello se suma la dilatación de los cursos a lo largo de todo el año.
La programación para el próximo curso académico consta de siete propuestas que abarcan los segmentos de empresa e innovación, orientación hacia el profesorado, temas de interés general y patrimonio.
Fullola destacó que las propuestas formativas han seguido llegando a la UIMIR incluso ya fuera de plazo, «hasta el punto de que algunas han tenido que posponerse para la programación de 2015».
Asimismo, avanzó que aunque el calendario para el 2014 ya está cerrado, es posible que algún taller pueda incluirse aún tras estudiarse sus posibilidades de impartición.
Estas siete propuestas suponen un par de títulos más que la oferta de este año. No obstante, el director de la UIMIR señala que se mantienen las mismas líneas marcadas, «incluir muchos más cursos supondría desviarse del presupuesto acordado».
Fullola tiene claro que esta edición académica respira un «optimismo prudente». Considera que la UIMIR goza de fortaleza, equilibrio temático, una buena matrícula -como es el curso de egiptología que arrancaba ayer impulsado por Irene Riudavets- y una apuesta de futuro alentadora.
La coordinadora científica del IME, Fina Salord, resaltó que para el organismo «la UIMIR ocupa un espacio fundamental», e indicó que es gracias a esta universidad que Menorca cuenta con estructuras universitarias y profesorado puestos al servicio de la sociedad durante todo el año.
Para 2014, la UIMIR dispone de un presupuesto máximo de aproximadamente 60.000 euros. Las tres universidades aportan 6.000 cada una, el Ayuntamiento de Maó fija una cuantía máxima de 35.000 euros, además de la partida que reserva el Consell para la actividad.
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