Ayer, 11 de septiembre, se cumplían exactamente doce años desde que Manuel Barcia Bonet se hiciera cargo de la presidencia de la Capella Davídica de la Catedral de Menorca. Ahora, según explica, ha llegado el momento del relevo, que se producirá el próximo 17 de septiembre, a las 20 horas en el Socors de Ciutadella.
¿Qué balance hace de su gestión al frente de la Capella Davídica?
Más que hablar de la gestión, lo que quiero decir es que en todos estos años he conocido una gran familia. Esa es la realidad, nos hemos llevado muy bien y tengo un gratísimo recuerdo. Hay que recordar que, como todo el mundo sabe, la Capella Davídica es el coro que solemniza las funciones de la Catedral, que para eso nació, pero aparte de eso nos dedicamos también a la música profana.
¿Con qué momentos se queda de todo este tiempo?
El concierto sacro del Sábado Santo es una cita histórica, pero a mí me ha hecho muy feliz verlos en escenarios fuera de la Isla. Hemos ido a cantar dos veces a Palma, otras dos a Madrid, una de ellas para inaugurar el concierto sacro internacional de Semana Santa, donde recibimos unas críticas excelentes. También fuimos en dos ocasiones a Barcelona, una a la Catedral y otra al Palacio de la Música, que también fue un éxito rotundo. La verdad es que cantaron de maravilla. Creo que actualmente la Capella está en un muy buen momento, pero también que ha llegado la hora de un relevo, de que llegue otra persona con ideas nuevas y otro estilo de trabajo.
Actualmente corren tiempos difíciles para todas las entidades artísticas y culturales. ¿Cómo está llevando la Capella los tiempos de crisis?
Por decirlo de alguna forma, somos como ratitas y vamos ahorrando lo que podemos. Gastamos lo justo y necesario. Tenemos la suerte de tener un local de la Iglesia como el del Socors, y nos encargamos de su cuidado. Es una gran ventaja porque no nos supone un gasto extra. Todos sabemos cómo está el tema con las administraciones y la cultura está en horas bajas. He de decir que soy bastante pesimista respecto al futuro de la cultura si esto no se arregla en un corto plazo. El tejido asociativo en Menorca es muy importante, pero como las administraciones no respalden, será difícil sobrevivir.
En estos momentos, ¿se financian solo a través de las cuotas de los socios?
Sí, pero también tenemos el apoyo de La Caixa que paga el concierto sacro de Semana Santa. Sin ellos, hoy día no se podría hacer ese concierto. El Consell insular también aporta algo, pero mucho menos que antes.
¿Cuántos socios son?
Actualmente 125. El número se ha mantenido más o menos estable durante los últimos años. Gracias a Dios no hemos sufrido un gran bajón, como ha sucedido en muchas asociaciones de Menorca. Por otra parte están los 40 socios que cantan, que no pagan cuota aunque tienen derecho a voto.
¿Y la juventud se incorpora a la Capella?
Sí. En los últimos dos años se han incorporado ocho voces jóvenes. Y en el curso nuevo empezarán otras dos. Cuesta, pero se va uniendo gente. El handicap que tenemos es que muchos de los jóvenes que empiezan con una buena voz a los 16 años poco después nos dejan porque se van a estudiar fuera. En Menorca eso ya lo tenemos asumido. Lo importante en un coro es mantener la estabilidad. En cuanto al género, está muy compensado entre hombres y mujeres. La incorporación de los jóvenes es vital, porque hay que tener en cuenta que tenemos algunos cantantes casi desde la fundación de la Capella.
El año que viene cumplen 70 años…
Sí, somos de los más veteranos de la Isla. Durante muchos años fuimos la única coral de Menorca que hacía polifonía. Los tres directores que hemos tenido hasta la fecha han sido muy conscientes de la importancia de la Capella.
¿Lo celebrarán de alguna manera especial?
El aniversario tendrá lugar el 1 o 2 de agosto de 2014, pero eso ya le corresponderá a la nueva junta. Por los 60 años sí que hicimos una gran fiesta.
En Menorca hay mucha tradición de corales. ¿Cómo está el panorama actualmente?
Siempre se ha dicho que en Menorca se canta mucho y muy bien. Hay muy buenas voces. Todos lo pueblos en la Isla prácticamente tienen coral, y yo siempre he dicho que si pudiéramos coger las tres mejores voces de cada una de ellas haríamos uno coro extraordinario. Pero aparte de lo que decíamos antes de la crisis, estamos en un buen momento, a la gente le gusta cantar.
¿Qué supone la música en su vida?
En pocas palabras lo puedo resumir. Sin música no podría vivir actualmente. La música es una inyección de optimismo increíble, es algo vital.
¿Le hubiera gustado tener voz para cantar en la Capella?
Sí, pero lo que realmente me da envidia sana es cuando veo a un director dirigiendo una gran orquesta. La afición por la música me viene desde siempre, en mi casa siempre sonaba, mi padre era muy aficionado. Uno de los primeros conciertos que escuché en mi vida fue de la Capella Davídica en la Catedral.
¿Qué le consejo le da a su sucesor?
Pues que, igual que yo, disfrute de la gran familia que es la Capella Davídica.
Y a partir de ahora qué…
Ya encontraremos algo que hacer… Yo siempre digo que uno se aburre si quiere.
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