Los buenos platos deben degustarse al menos dos veces y el Festival de Creación Contemporánea de Menorca clausurado ayer ha sido una de esas delicatessen que saben a poco y dejado a la mayoría de los comensales con ganas de repetir. 'Pronostica', -como se conoce a este encuentro- ha celebrado su segunda edición. La primera tuvo lugar en 2003 en Eivissa. Del 22 al 23 agosto el patio y las salas de exposición del Mercat des Claustre del Carme, en Maó han sido el escenario por el que han pasado cerca de un centenar de artistas, con especial protagonista de los autores residentes en la Isla.
Exposiciones, música, mesas redondas, proyección de cortometrajes de temática medioambiental y social, y performances han sido algunas de las actividades programadas en un festival que pretende ser un avance de las tendencias artísticas más sostenibles, medioambientales, y creativas del panorama nacional. Esta idea tuvo estos días su mejor reflejo en la sala de exposiciones del Claustro, donde cerca de cuarenta de creadores dieron a conocer sus trabajos modelados a base de materiales reciclados.
La comisaria de la muestra, Tanja Grass, directora a su vez del festival Drapart que promueve el reciclaje artístico, destacó ayer la calidad de los piezas expuestas y especialmente de los seis artistas locales, entre ellos, Antonio Moyano, Hombrelópez, y las obras de graffiti street art de Enri y Ruina, así como de la menorquina de adopción Nuria Roman. "El festival ha sido un visto y no visto, sólo dos días, pero con mucha oferta y una gran asistencia de público, especialmente durante los conciertos nocturnos. El 'feed-back' ha sido muy positivo. La gente estaba sorprendida por la calidad de la exposición", comentó Tanja Grass. "Algunos organizadores pensamos que sería interesante continuar el festival y prolongar el tiempo de las exposiciones", añadió.
Para la artista Nuria Román, presente ayer en la sala de exposiciones donde ha presentado su proyecto Latitud 40, el festival 'Pronostica' ha dado a diferentes artistas un espacio común, especialmente a los autores que residen en Menorca. "En la Isla hemos estado siempre muy aislados, y creo que ahora hay más intereses y energías en buscar la unión", resaltó. Su agujas de "madera del mar" expuestas en esta muestra viajarán en los próximos días rumbo a otra exposición en Madrid y en su opinión el festival ha sido una oportunidad única donde debatir y reflexionar sobre la encrucijada en la que hoy día se encuentra el mundo del arte. "Hacer una exposición o estar en una galería no es suficiente. El arte debe explorar nuevos métodos de llegar al público, abrir nuevos caminos. La creatividad sobre el medio ambiente, por ejemplo, sorprende mucho y tiene el mérito de conseguir que el público se abra más a ver y escuchar, que no es poco", reflexionó.
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