En formato íntimo, alrededor de unas 150 personas pudieron disfrutar el pasado miércoles en Alaior, de la velada musical, "Soirée", que ofreció el compositor, cantante, actor y showman, Alfonso de Vilallonga, ganador de los premios Gaudí y Goya por la música de la película "Blancanieves".
De Vilallonga expuso a la consideración del público su último trabajo, el disco autoeditado "Alphonsphore", que da cabida a una gran variedad de ritmos y estilos musicales, desde la rumba, a la chanson française, baladas o música country, interpretadas en cualquiera de las cuatro lenguas que domina y siente como propias el cantante, catalán, castellano, inglés y francés.
La versatilidad en la ejecución de este intérprete quedó de inmediato fuera de duda. De Vilallonga abrió su concierto sorprendiendo al auditorio con una jota de solemnidad entonada con voz potente, y prodigó su voz con gran variedad de registros musicales. Otra de las grandes sorpresas de la noche hay que situarla en la participación de un joven, pero inmenso guitarrista, Pau Figueres, que acompañó en perfecta conjunción las también ejecuciones musicales de De Vilallonga, unas veces a guitarra, otras veces a piano, con el ukelele o el acordeón.
El repertorio de Alphonsphore fue como un catálogo de posibilidades que incluye desde la calidad musical, a la ironía, la mordacidad y hasta la provocación de algunas de sus letras, los recursos vocales y el aire muy lúdico que impregna la mayoría de sus temas. Entre éstas destaca el humor y el mensaje de la canción "Maldà estat propi", en el que el autor se proclama independiente antes que independentista y reclama su condición de catalán por derecho de nacimiento, con anterioridad y por encima de las soflamas actuales de quienes reclaman un estado propio.
El amor y también el desamor, el galanteo, la seducción y la infidelidad múltiple, fueron algunas de las temáticas abordadas en sus piezas, que fue presentando intercalando presuntas vivencias personales vistas siempre por el lado más humorístico.
De Vilallonga hizo algunos guiños a la audiencia intercalando el nombre de Alaior en canciones como Pensa en mi a Port Said o interpretando un tema de su amigo y tantas veces anfitrión, el cantautor afincado en Alaior, Jordi Viola. Entusiasmó al público y amplió el concierto con tres temas adicionales.
La soirée resultó amena y sorprendente. Un toque original y transgresor en el cenit del verano que unos cuantos supieron valorar y disfrutar como conviene.
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