La felicidad de las pequeñas cosas y de las mujeres azules

Y de transmitir ese mensaje de felicidad se encarga la protagonista de gran parte de su obra, una mujer azul, un icono que prácticamente se ha convertido en una marca con el paso de los años. Se trata de una figura que nació allá por 1981, y que desde entonces ha ido sufriendo pequeños cambios en su fisonomía con el paso del tiempo. "Hay aspectos que se van depurando sin querer, sin forzar, sin sufrir en el proceso de pintar. Lo que ocurre es que no te das cuenta de todo el proceso hasta que no miras atrás", comenta Jesús.

Las curvas de la mujer han evolucionado, pero en esencia sigue transmitiendo el mismo mensaje. Ya sea tomando el aperitivo en la playa, echando la siesta o leyendo placenteramente un libro. Eso sí, sin complejos por su oronda constitución. Hallada la felicidad artística, el siguiente paso para Marc Jesús pasa por "seguir siendo como soy.

Siempre lo he dicho, no soy un pintor ambicioso, ni creo que vaya a descubrir nada nuevo en el mundo de la pintura. Ésta es simplemente mi manera de decir las cosas".

El artista es fiel a su estilo mediterráneo y al color azul. "Es una tonalidad muy de aquí, me da sensación de descanso, de grandeza. Quizás la encontré por casualidad o por insistencia, no lo sé, pero la verdad es que los otros colores no me transmiten lo mismo", confiesa. Su manera de entender la pintura pasa por la idea de que "la felicidad está en las pequeñas cosas. Los pasajes que reflejo en los cuadros representan la vida de los buenos momentos, por simples que parezcan".

Todos esos pequeños trozos de felicidad, algunos en forma también de escultura, piezas éstas "algo más surrealistas pero con su toque de humor", se podrán contemplar en Vidrart hasta el próximo 10 de septiembre.