Natural. La Reina a su llegada a la Illa del Rei, acompañada de las autoridades. - Javier i Gemma Andreu

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La Reina se mostró ayer cercana a la gente, próxima, poniéndoselo difícil a los responsables de la seguridad, que intentaban controlar las cámaras y los móviles de todos los que querían captar una instantánea con Doña Sofía. Eran las siete de la tarde cuando Su Majestad llegó en helicóptero desde Mallorca, junto al presidente del Govern, José Ramón Bauzá, para presidir el Foro Menorca Illa del Rei, y fue recibida con un cariñoso aplauso por las más de cuatrocientas personas que asistieron al evento.

Doña Sofía pasó directamente a ocupar la presidencia de la mesa de las autoridades, entre el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, y la delegada del Gobierno en Balears, Teresa Palmer, y en la que también se encontraban la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, el presidente del Consell, Santiago Tadeo, la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, el presidente del Foro, Francisco Tutzó, y el conseller y expresidente de la Fundación Hospital de l'Illa del Rei, Luis Alejandre.

Su majestad dio paso a todos los ponentes y escuchó con atención cada una de las exposiciones, para más tarde, una vez concluidas las conferencias, conocer de primera mano, gracias a las explicaciones de los expertos, la riqueza arqueológica de Menorca. Doña Sofía se acercó a los paneles instalados para la ocasión con un mapa de la Isla y fotografías de monumentos mientras la catedrática Margarita Orfila le mostraba sobre la cartografía los principales vestigios talayóticos repartidos por el territorio insular.

Vestida con un elegante pero informal conjunto de pantalón color lila y una blusa estampada de flores, un foulard a juego y calzada con unas cómodas alpargatas de cuña, la Reina dio una vez más muestras de sencillez, sin rehuir en ningún momento los apretones de manos, las fotografías y los comentarios con los asistentes al Foro. Mercedes Milà, la popular periodista y presentadora, presente en este acto, no perdió la oportunidad de saludar a la Reina, con quien charló animadamente.

Una vez cumplido el saludo protocolario a las autoridades asistentes, Doña Sofía compartió la merienda preparada por los organizadores y aprovechó la oportunidad para degustar algunos de los bocados más típicos de la Isla.

Se refirió al queso Mahón-Menorca como "el mejor queso" y también probó la 'coca de pebres' y los 'pastissets' aunque solo bebió agua. A su alrededor le iban informando de los ingredientes de todo aquello que había en la mesa, con los amigos de la Illa del Rei al frente de las explicaciones gastronómicas.

Doña Sofía se marchó de la Illa del Rei con algunos regalos. El primero se lo entregó el cónsul honorario de Alemania en Menorca, Mathias Roters. Un libro sobre las dos visitas que realizó al islote del puerto de Maó el bisabuelo de la Reina de España, el emperador Guillermo II de Alemania, según explicó el diplomático. También, a punto ya de tomar el helicóptero para abandonar Menorca, la Reina recibió de manos de la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, otro libro sobre el Teatre Principal.

Doña Sofía sin duda dio con su presencia y su simpatía el mejor apoyo que podía tener Menorca en su camino hacia la obtención del reconocimiento de la UNESCO para la cultura talayótica.