Control. La alcaldesa respondió una a una a las 112 preguntas que leyó la secretaria municipal - Gemma Andreu

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No fue un debate de política general al uso pero ayer, mediante el control de la oposición y la formulación de 112 preguntas por parte del PSOE, la alcaldesa de Maó, Águeda Reynés, ofreció un balance de la primera mitad del mandato y no dudó en afirmar que la ciudad "ha cambiado" para bien, "es un municipio que se quitado de encima el peso resignado de una larga etapa" y que "está hoy, desde todas las perspectivas, mejor que hace dos años, lo que no quiere decir que no tenga ámbitos mejorables".

Era la primera vez que se celebraba una sesión extraordinaria de estas características, en la que, una por una, la secretaria de la Corporación fue planteando las preguntas del PSOE para que las respondiera la alcaldesa. Un control de la gestión del gobierno del PP que el portavoz socialista, Vicenç Tur, planteó sobre la premisa de que los ciudadanos de Maó pagan ahora más, en concepto de impuestos, tasas, aparcamientos o servicios, y reciben menos a través de inversiones o ayudas al tejido asociativo del municipio.

Reynés consideró que "el interrogatorio" planteado por el PSOE no buscaba en realidad reclamar información sobre la gestión del PP, "toda esa información es pública y ha sido debatida en el seno de esta Corporación", sino más bien hacer "una exhibición de presuntas debilidades e imputar a otros los errores y las causas de los problemas".

La alcaldesa remarcó el ejercicio de "transparencia" del PP al convocar el pleno extraordinario y echó en cara a la oposición algunas "omisiones" que son "más visibles que las preguntas expresas" y entre ellas las relativas a los cambios circulatorios, la disciplina urbanística, la limpieza de la ciudad, el ascensor del puerto o la cooperación.

Preguntada sobre cómo creía que habían afectado a la actividad comercial "los constantes cambios de circulación", la alcaldesa hizo del ataque su mejor defensa, y acusó al PSOE de no mencionar acciones como la peatonalización de la calle Ses Moreres "que ustedes no hicieron exclusivamente por cobardía".

También consideró "curioso" que la oposición no preguntara por la situación de la disciplina urbanística, ya que, afirmó, "dejaron más de 50 expedientes sin resolución después de muchos años", o por la ayuda a la cooperación, cuando el de Maó, dijo, "es el único Ayuntamiento que ha cubierto su calendario de pagos al Fons Menorquí de Cooperació y el Govern acaba de abonar 500.000 euros".

"El mayor problema que nos encontramos fue la deuda"

El socialista Vicenç Tur sabía que escucharía de nuevo alusiones a las cuentas que dejó su gobierno en el Ayuntamiento, y el pleno de ayer no fue una excepción, porque tanto la alcaldesa Águeda Reynés como el portavoz del PP, Simón Gornés, aludieron a la deuda que hallaron en 2011 para "contextualizar" el debate.

"No ha habido ningún pleno en el que no se haya referido a la herencia recibida pero señora Reynés, le queda poco para seguir exprimiendo este argumento", espetó el líder de la oposición a Reynés, quien recordó a Tur que, a diferencia de algunas familias, que renuncian a una herencia gravosa, el Consistorio no puede hacerlo.

"Un Ayuntamiento es continuidad, empresa de servicio al ciudadano, y entre sus obligaciones figura la resolución de los problemas generados en otro momento, la liquidación de la deuda que se arrastra y que si no se controla genera problemas mayores y puede colapsar esta empresa", aseguró.

También Simón Gornés se refirió al Maó que halló el PP en junio de 2011 como un municipio que tenía "una depresión económica, social y anímica y con un déficit desbocado" y aseguró que "el mayor problema que nos encontramos fue la deuda de 24 millones de euros en créditos bancarios y una situación económica caótica".