Tónia Pérez Muñoz - A.P.

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Autofitxa
Nací en Melilla (mi padre era militar) hace 62 años. Trabajo como enfermera en el Hospital La Fe de Valencia y estudié Bellas Artes. Tengo 5 hijos y la pequeña, que es adoptada en China. Mis aficiones son la pintura, el trabajo, las actividades culturales y la familia. Expongo en la Galeria Retxa de Ciutadella hasta el día 25.


¿Cuál es su relación con Menorca?
Mis abuelos y mi padre eran menorquines, en concreto de Es Castell. La casa de mi familia está en Maó, a donde regreso varias veces al año. Menorca está en mí y, desde que nací, vivo enamorada de esta isla a la que amo profundamente.

¿Es su fuente de inspiración?
En ningún otro sitio que conozca se produce una síntesis tan maravillosa entre el mar y la tierra como sucede en Menorca. La Isla es siempre fuente de inspiración y de motivación. Pero mi pintura surge sobre todo desde lo más íntimo de mis sentimientos. Son momentos que surgen a ráfagas y que ni quiero ni puedo reprimir. Creo que mi obra me refleja como soy y como vivo. Nada se desperdicia, del mismo modo que sucede en mi vida. Todo y todos son importantes.

¿Cómo nació su vena creativa?
Siempre he sentido la creatividad artística y aunque he comenzado tarde este camino, mi ilusión es enorme. Quise aprender y estudié la licenciatura de Bellas Artes. Ahora canaliza mi propio sentimiento artístico con la ayuda de todo lo que he recibido de los demás.

¿Cómo es su estilo y técnica?
Utilizo como base prácticamente solo el papel y pigmentos naturales, no hay apenas pintura comercial. Me gusta prepararla y el medio que empleo es la fuerza del agua con mangueras o sprays. El pincel pasa a un segundo plano. Es una obra que surge de un método de trabajo basado en una impronta gestual en la que nada se elimina, los registros se quedan en el papel y utilizo sus formas.

Este mes expone "Jocs Màgics", en Retxa. ¿Qué obra nos descubre?
Es una obra muy variada y creo que completa. He querido lanzar un mensaje optimista y provocador, destacando la belleza de las cosas sencillas de la vida cotidiana. Aparecen peces, gambas, caballitos de mar, junto con tomates, coles y bellas amapolas. No falta la figura humana tanto sensual y provocadora, como llena de misterio o de alegría. Todo es el resultado de una serie de juegos mágicos. Como un mago hace con sus trucos, trato de ilusionar al espectador.

¿Es fácil o difícil exponer en la Isla?
He tenido la suerte de ser recibida con enorme cariño y atención. La experiencia en Retxa ha sido excelente. Ester y Susana son encantadoras.

¿Qué tipo de gente se interesa por su arte vital y colorista?
No creo que exista un tipo concreto de espectador. Toda buena obra de arte transmite algo positivo para la salud y el espíritu, a la vez que propicia el encuentro y el diálogo social hoy tan necesarios. No creo que nadie pueda prescindir del arte, porque forma parte de la naturaleza humana.

¿Cuál ha sido el mejor halago que ha recibido su obra?
Lo que más aprecio es que alguien me diga que mi obra le gusta. Así de sencillo. Si además desean ponerla en su casa, ¡pues mejor!

Menorca, ¿puede promocionarse como epicentro de arte?
Sin duda. No solo del arte como manifestación, sino como formación. Esta isla reúne condiciones maravillosas para tener un Centro de Estudios Superiores, incluso una Facultad de Bellas Artes. Combinar los estudios de biología, geología y en general de la naturaleza, incluidas las ciencias del mar, con las bellas artes, puede constituir la base de un programa de futuro para la Isla.

Un sueño por cumplir...
Residir la mayor parte del año en Menorca.