Cogidos de la mano formando una cadena circular de unos noventa metros de diámetro. Así manifestaron su rechazo al proyecto de reforma de la carretera general, que prevé la construcción de once rotondas –ocho de ellas a diferente nivel-, las cerca de 300 personas que se concentraron ayer a mediodía delante de la sede del Consell. Los participantes en la caminata que salió el sábado por la mañana de Ciutadella llegaron puntuales a su cita en la plaza de la Biosfera de Maó.
Allí les esperaban decenas de personas para reclamar al gobierno que preside Santiago Tadeo la revisión de un proyecto que consideran "excesivo" para Menorca.
"La calzada, que ahora mide entre nueve y doce metros, llegará a alcanzar los noventa metros cada tres kilómetros si construyen las rotondas proyectadas", comentó a modo de ejemplo Miquel Camps, responsable de Política Territorial del GOB y encargado de leer el manifiesto que poco después entregaron a Salomé Cabrera, portavoz del gobierno insular, representantes de las cuatro entidades convocantes: GOB, Escoltes de Menorca, Federación de Vecinos y Asociación de Productores de Agricultura Ecológica.
Si bien confían en que todavía pueda haber margen para llegar a un acuerdo con el Consell, más después de que Cabrera recalcara que no cierran "ninguna puerta al diálogo", los organizadores ya apuntan a posibles acciones de denuncia en caso de que el proyecto acabe ejecutándose en las condiciones actuales. "Si agotamos la vía del diálogo, llegaremos donde haga falta", advirtió Camps que no descartó plantear una denuncia ante la UNESCO, organismo que gestiona la Red Mundial de Reservas de Biosfera, por los "enormes impactos paisajísticos" que esta obra, presupuestada en unos 30 millones de euros, acarrearía.
Pese a que la interlocución sigue abierta, las posturas de unos y otros no hacen presagiar un entendimiento. Y es que el Consell no amaga su intención de ejecutar el proyecto en las mismas condiciones, o similares, que fue planteado inicialmente –cabe recordar que el PP llevaba en su programa electoral el desdoblamiento que, finalmente, no se podrá ejecutar por falta de financiación- y los convocantes de la marcha, y más concretamente el GOB, ya han empezado a trabajar "con un gabinete de abogados para frenarlo por la vía jurídica, si no se llega a una solución alternativa".
Desde la entidad ecologista esgrimen que el proyecto defendido por el Consell es incompatible con el PTI -actualmente en revisión-, con el Plan Director Sectorial de Carreteras de Balears -aplicable en Menorca ante la falta de un decreto de ámbito insular- y con la Ley de Impacto Ambiental. Pero van incluso más allá al advertir que, además, el Consell habría podido incurrir en una serie de deficiencias procedimentales que, de momento, prefieren no desvelar.
El sentir de los presentes ayer en Maó era unánime y se resumía a la perfección con el lema de la marcha: "Així no". Y es que la práctica mayoría acepta que se actúe en la principal vía de Menorca, "pero no a este precio", en alusión tanto al impacto ambiental como a la inversión económica que supondría. "Estamos de acuerdo en que se mejore la carretera pero atendiendo a criterios técnicos y no políticos", resumieron algunos de los asistentes que, a su vez, recordaron la modificación a la que fue sometido el proyecto ganador del concurso de ideas convocado por el Consell. En su opinión, "proyectos como éste rompen la paz social".
A esta idea se acogieron Maria Rotger y Lina Cervera, de Ciutadella, para denunciar lo "incongruente" de elegir un proyecto sin rotondas para después cambiarlo.
Ellas fueron las únicas que completaron el recorrido, desde Ciutadella hasta Maó. El resto se fue sumando en los diferentes relevos programados. "Hemos hecho lo que estaba en nuestras manos para mostrar nuestro total desacuerdo con esta barbaridad. Parece mentira que puedan plantear un proyecto como éste en un lugar como Menorca y en una situación como la que vivimos", señalaron..
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