Las ciudades cambian en su fisonomía urbana. En ocasiones "víctimas" de las excavadoras, en otras, sin llegar a este extremo son el pico y la pala quienes hacen que aquellos edificios, más o menos emblemáticos, cambien de nariz en aras a la modernidad, o a las directrices que la moda impone.
Hace unos días, Toni Seguí, profesional de la casa y por supuesto amigo, explicaba en un artículo con fotos retrospectivas, los cien años de existencia de uno de los establecimientos más emblemáticos de Maó, "La Fantasía", comercio que abrió sus puertas el 26 de abril de 1913, lo cual hace que la cuarta generación de la familia Palliser sea hoy la que regenta el establecimiento. Un plus de vitalidad y de constancia.
La metamorfosis operada en la ciudad, especialmente en lo que atañe al Carrer Nou y S'Arravaleta ha sido de largo recorrido, desde la peatonalización de ambas calles hasta la desaparición de establecimientos con "solera", lo cual hace que para alguien como yo, nacido "poc abans de la guerra", abra la caja de los recuerdos y pueda asomarse a la ventana de un ayer que solo existe en la memoria. Los recuerdos son muchos, con anécdotas incluidas, que obviaré … "Ca'n Manent", también centenaria y que exteriormente conserva su fachada "de siempre", con leves retoques, tenía frente a sí a otra librería, "Ca'n Busutil", hoy en el "limbo" de los recuerdos como otros establecimientos, tales como la juguetería regentada por las señoras Saborido, madre e hija, hoy ocupado por una oficina bancaria y que durante un tiempo Lluís Casals ubicó allí su tienda, "Tejidos Casals". En su día aquel establecimiento de juguetes hacía las delicias de los niños, especialmente en Reyes … Bueno, me paro, aunque señalaré algunas otras "desapariciones", significativas como el "Rosabel", "C'an Mica", "La Barra" y el modernista "American Bar", local hoy ocupado por las tiendas de Damià Pons. Olvidar la tienda de Consuelo Riudavets sería cometer "pecado mortal", como la "Farmacia Ruiz", hoy "Farmacia Félix" … Me alegraría que estos cambios someramente señalados y otros que ha habido, fuese el tema de un reportaje de alguno de mis amigos o amigas con los que comparto las páginas del "Menorca" y que como yo han vivido y conocen esta transformación.
Usted también ha vivido los cambios operados en la fisonomía de una importante zona de Maó, incluso su propio establecimiento, "La Fantasía" ha sido remodelado en diversas ocasiones. ¿Por qué causas?
Lo de renovarse o morir es, en los negocios de cara al público, ley de vida. En 1974, llevamos a cabo una reforma para darle mayor amplitud, fue una ampliación de puertas para adentro y para aprovechar el sótano, reforma necesaria para ofrecer un mejor aspecto y conseguir mayor comodidad no solo para la clientela sino también para quienes trabajábamos allí.
Veinte años después, en 1994 -comprobará que me apoyo en el artículo de Toni Seguí- llevaron a cabo la segunda reforma …
Sí. Había que modernizarla, ir a por todas, y así lo hicimos, era como en ocasiones se dice, de "obligado cumplimiento".
Vamos al principio. ¿Qué colegios frecuentó?
Solo uno, "Ca'n Fontirroig". Todavía recuerdo a doña Magdalena Humbert y a doña Maruja Pons Pavía. Era un colegio singular, con muy buenos profesores y situado en el punto más céntrico de la ciudad.
¿A qué edad empezó a trabajar?
A los 14 años. Lo hice en el establecimiento familiar, debía aprender el oficio y la mejor manera de hacerlo era empezar desde abajo … recados, barrer, y ser lo suficiente listo para estar siempre al quite.
¿Algunos recuerdos de aquella primera etapa?
Muchos pero hay uno muy especial. Yo veía como los dependientes al presentar una tela al cliente, tiraban de los dos lados para demostrar su elasticidad y yo, en una ocasión quise hacer lo mimo, pero tiré con demasiada fuerza y la tela se rompió. Quedé sin capacidad de reacción, fue algo inaudito, muy diferente a lo que yo imaginaba.
Lo de pagar con productos del campo me ha parecido genial, en tiempos de crisis cualquier forma de pago que ambas partes acepten es de recibo. ¿Cómo se actuaba?
Con total naturalidad. Si lo adquirido era una tela para confección unos pantalones para el marido, o para una bata "per sa madona" se le decía el precio y se llegaba a una compensación beneficiosa para ambas partes.
Tiempos difíciles aquellos …
Muy difíciles, con necesidades extremas y falta de material. En "La Fantasía" las dos últimas filas de los estantes, y la primera de abajo, las llenábamos de cajas, pero estaban vacías, era un truco para demostrar que poseíamos un gran stok.
Estamos hablando del año...
De la década de los 40, concretamente de 1945, año en que mi padre asumió las riendas del negocio e intentó, manteniendo los "intercambios" al uso, que la tienda fuese a más. Con imaginación y ganas de trabajar todo, o casi todo, es posible.
Incluso superar las crisis …
Si no superarlas al menos aliviarlas e intentar darles la vuelta, como quien dice, un cambio a mejor.
"La Fantasía" era, lo recuerdo perfectamente, una tienda especial. Además de las telas, los mantones de Manila, que aparecían en los escaparates, o todo lo relacionado con la Semana Santa eran un reclamo extra … ¿Recuerda el coste de alguno de estos atavíos?
Comprobando algunos libros contables, pude constatar que un velo valía 12,40 pesetas;un medio manto, de color negro que las mujeres vestían cuando un familiar fallecía, costaba unas 40 pesetas que se convertían en 45 ó 49, si éste, el manto era entero. Pero ignoro lo que valía un mantón de Manila, aunque los había de diversos precios, a tenor de la calidad de los mismos.
Por Semana Santa, especialmente el Jueves Santo en que las familias iban a visitar las distintas iglesias, las mujeres solían lucir peineta y mantilla. ¿Lo recuerda?
Del todo, era una costumbre muy bonita. Recuerdo incluso que las familias en que alguna de sus hijas tenía pretendiente formal, éste les acompañaba … costumbres que la modernidad ha barrido sin dejar ni la más mínima sombra de lo que aquello significaba para un pueblo que se debatía para salir a flote.
En usted hay un hecho poco frecuente, su noviazgo y posterior boda con una 'ciutadellenca', María Auxiliadora Uri. ¿Cómo se produjo el flechazo?
Me enamoré y ella me aceptó. ¿Suficiente?
No, claro que no. En aquellos años Ciutadella era "cal Bisbe" y Maó una plaza "externa". Me imagino que me habrá comprendido, porque solo pretendo expresar que la relación entre ambos "extremos" de una misma Isla, era poco frecuente.
Lo nuestro fue algo especial. Mari vino a cantar a Maó con la Capella Davídica, de la que era componente e incluso solista. Creo que vinieron a cantar "Las siete palabras" con acompañamiento de la Orquesta Sinfónica que dirigía don José María Taltavull. El concierto fue un éxito, el Principal estalló en aplausos y cuando íbamos a por el autobús que les esperaba en la Plaza de Santa María, Jeroni Marquès me la presentó. Ten en cuenta que en aquel momento ella solo tenía 14 años y yo 19.
Edades siempre preciosas, pero me imagino que hubo algunos episodios más. ¿Cierto?
Del todo. Una presentación de por si solo es el primer paso, luego hay que seguir porfiando y así lo hice. Yo tenía una moto, con la que junto a varios amigos los domingos salíamos a "descobrir món" y las visitas a Ciutadella se fueron incrementando hasta que nos hicimos novios.
El siguiente paso, el que las dos familias entraban en juego, ¿cuándo se produjo?
Después de la mili. Mis padres se desplazaron a Ciutadella para formalizar la relación, para que el novio obtuviera el 'placet', y llegó Es Dia des Be, luego, después de las formalidades protocolarias, ya por la tarde fuimos a una cita muy especial, "Foc i Fum" en que Mari hacía el papel de Francisca. Mis padres al verla sobre el escenario y con su voz quedaron maravillados… la boda llegó tras cuatro años y medio de noviazgo, lo cierto es que éramos muy jóvenes pero estar viviendo ella en Ciutadella y yo aquí complicaba el que nos viéramos con la asiduidad deseada y, optamos por casarnos.
De sus hijos con el que he tenido una mayor relación es con Pedro, "Pedrito" como todos lo llamábamos. Pedro J. Bosch, entrenador de La Salle formó una "escuadra" sensacional, con los "Tolito", Carlos Maceda, Aldo Faedo, "Miki", y "Pedrito" junto con otros cuyos nombres se me han "volatilizado" de la memoria, eran invencibles. ¿Cree que su hijo, que Pedro, hubiera podido aspirar a algo más en el mundo del balompié?
El era un buen extremo, con calidad y 'dribling'. Además poseía una gran rapidez, y valentía, nunca se arrugaba ante un adversario que le superaban en envergadura pero, para triunfar le faltaba medio palmo de altura. Técnicamente era muy bueno, incluso con Engonga filmaron una serie de jugadas para un vídeo cuyo proyecto no llegó a cuajar.
Recuerdo que era uno de los preferidos, por sus cualidades técnicas y por su endiablada forma de jugar de Pedro J. Bosch.
Efectivamente, lo era. Mi hijo llegó incluso a jugar con el Sporting, que lo cedió al Atlético Villacarlos. Además y durante dos temporadas jugó, con el Menorca, en la División de Honor juvenil.
Mucha gente catalogaría, no a Pedro, sino a usted, como un hombre tranquilo, pendiente siempre de su trabajo y de su familia, pero desconozco si tiene alguna afición.
Sí, tengo alguna pero sobre todo me encanta la música, siempre digo que gracias a mi esposa esta afición se ha reforzado y ampliado.
¿Algún apartado musical en especial?
El operístico, me encanta escuchar a los grandes cantantes como Plácido Domingo, Josep Carreras, Joan Pons, Renata Tebaldi, Luciano Pavarotti, la Callas y muchos más.
También me ha dicho que el trabajo, en su día, le impidió dedicar más tiempos a otras actividades lúdicas. Las "reglas" del trabajo, en aquellos años eran duras.
Bastante. Había que estar al quite; los horarios, me refiero para los propietarios de los negocios o tiendas, no existían; cerrabas no a una hora fija sino cuando la tienda estaba vacía y muchas veces, después del cierre, debías atender a los representantes que con sus enormes maletas te ofrecían su género. Ahora todo se basa en catálogos o en muestrarios que te llegan a través de internet.
La tecnología se impone …
Con la modernidad y las nuevas tecnologías todo ha cambiado, ahora es otro estilo, otra dinámica.
¿Cuál es su opinión sobre la situación económica actual, que nos aflige a muchos y aterra a muchos más?
De inquietante y otras muchas cosas más. Me preocupa sobre todo por lo que hace referencia a la juventud que no tiene salida. Tener que salir a buscar trabajo fuera de España no es la solución más deseable, pero en ocasiones es la única que les queda. Por ello yo les diría a todos ellos, a todos los jóvenes, que se esfuercen al máximo para aprender idiomas, que se formen al máximo sin excluir los idiomas.
Y el paro, ¿qué sensaciones le producen los últimos datos?
Como a cualquier ser humano sensible, hoy por hoy, considero que el paro y la falta de crédito dificultan el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. Nos lamentamos de la falta de trabajo, pero lo que realmente ahoga al empresario es no poder disponer de crédito con unas condiciones que permitan crear puestos de trabajo, crear riqueza de una forma escalonada y útil, sin recurrir a actuaciones ilegales.
Yo diría que "La Fantasía" ha sido una tienda con una clientela muy fiel.
Si, afortunadamente lo ha sido, pero también una tienda que siempre ha mantenido unos criterios de honradez para con sus clientes y para sus empleados, hasta el extremo de que algunos de ellos se han jubilado tras haber trabajado más de 41 años en la empresa.
Cronológicamente, ¿quiénes han estado al frente del negocio?
Sebastián Palliser, "es conço", la regentó desde 1913 hasta 1945, en que le sustituyó mi padre, Pedro Palliser Carerras. Su etapa finalizó en 1970. Luego llegué yo, etapa, la mía, que duró hasta el año 2002, en que dejé los bártulos a mis cuatro hijos, siendo Pedro Palliser Urí el actual director.
A lo largo de estos años, que es como decir, a lo largo de los cien años de vida de "La Fantasía", habrá vivido o conocido por comentarios familiares de "verdes i de madures". ¿Qué etapas han sido para enmarcar?
La década de los 70. Fueron unos años de auge, de bonanza, todo ello gracias a la llegada del turismo y a la "fiebre" del ladrillo, años recordados que sirvieron para que los comercios locales viéramos la luz y despegáramos.
Aunque la última reforma coincidió con la crisis, que sigue ahí como petrificada, las otras fueron realizadas con anterioridad. ¿Algunos detalles significativos?
Siempre los hay. Lo más sobresaliente fue que, tras pagar un traspaso a Sergio Ibáñez, que había arrendado "Ca'n Mica", y con total conformidad con el propietario del inmueble, Antonio Pons Sans, instalamos en dicho local toda la tienda, era casi un calco de la genuina, incluso había clientes que no notaban la diferencia. También fue muy sonada cuando nos trasladamos al edificio que hoy ocupa la "Gestoria Orfila", incluso pensamos en ampliar el negocio con una nueva tienda, pero teníamos un tiempo limitado de uso y, fuimos consecuente con el acuerdo pactado.
Ocho nietos deben ser "multitud". ¿Se define como abuelo consentidor?
Como debe ser. La verdad es que a mi mujer y a mí nos gustaría estar con ellos más tiempo, porque es una gozada, pero cada vez tienen más "obligaciones", sin olvidar que dos de ellos ya vuelan por libre, sus estudios son prioritarios. De los ocho ahora solo tenemos seis en "casa", en la suyas, pero pronto solo quedarán cinco.
¿A alguno de los chavales le atrae el fútbol como en su día atrajo a "Pedrito"?
Pues sí, y no lo hacen del todo mal … serán buenos o malos, lo que deseo es que sean buenas personas.
De vosotros, de María y de ti, afirmaré que habéis sido y sois, un matrimonio feliz, ¿Digo bien?
Dices bien. Lo somos posiblemente porque siempre ha habido, entre nosotros, sinceridad y respeto.
Y a la vida, ¿qué le pides?
Salud pero para todos, especialmente para los míos. Luego añadiré que llegue un cambio a mejor para un futuro solidario.
Hay muchas cosas que se extinguen a nuestro alrededor y otras que perduran. Habría que analizar ambas realidades.
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