Bien. Al final se ha conseguido que los rusos tengan un vuelo directo con Menorca, lo que significa que si algún ciudadano de este inmenso país decide pasar sus vacaciones en nuestra pequeña isla del Mediterráneo puede hacerlo sin tener que perderse por infinidad de aeropuertos y aviones. Bien, al ciudadano ruso le será más fácil llegar a Menorca con el vuelo directo. Ahora bien, cuándo esté aquí, ¿estará la Isla preparada para recibir a este turista desconocido?
De entrada, generalizar sobre los ciudadanos de un país que tiene millones de habitantes es arriesgado. Así lo entiende una experta en este mercado consultada por este periódico, quien asegura que una de las principales incógnitas ahora mismo es saber qué tipo de turista ruso vendrá a Menorca. Los tópicos hablan del ruso rico, ese al que le gusta gastar, adquirir bienes de lujo y desconectar de su país cuando sale de él. "Si viene este tipo de turista, creo que no estaremos a la altura", explica Maria Garcia, responsable del área turística de PIME.
Garcia explica que si el visitante ruso busca tiendas exclusivas, marcas internacionales y glamour, la Isla no puede ofrecérselo. Tampoco, asegura, contamos con hoteles de calidad superior. "Vamos algo cortos de servicios de gran calidad", apunta.
En la misma línea se expresa una experta consultada por este periódico. "Dónde falla Menorca es en la calidad de sus servicios, y el turista ruso es muy exigente. Cuando sale de su país y gasta un dinero que le cuesta mucho ganar, exige un buen servicio, y aquí faltan camareros preparados, hoteles con servicios exclusivos... Los rusos quieren que se note la profesionalidad, estar bien atendidos".
Así, sabemos que los rusos son exigentes, valoran lo profesional y huyen de lo vulgar. Pero también son curiosos, les gusta la actividad, y en eso Menorca sí tiene producto. "Las excursiones pueden funcionar muy bien, pues les gusta mucho descubrir cosas nuevas", apunta la experta. Y entre su curiosidad, el mar ocupa uno de los primeros lugares.
Muchos rusos no conocen el mar, y menos aún las aguas cristalinas que las calas menorquinas regalan a quien las descubre. Por eso, entre sus aficiones se sitúa la navegación. "La primera razón por la que los rusos pueden escoger Menorca es, sencillamente, el mar", sentencia. Así, los puntos fuertes de Menorca podrían ser las excursiones, su naturaleza y su mar.
¿CAMBIOS? YA VEREMOS
Sobre los puntos débiles, tanto la experta consultada por este periódico como Maria Garcia aseguran que no se trata ahora de hacer un cambio radical para satisfacer las exigencias del ruso. No es cuestión de ponerse en plan "Bienvenido Míster Marshall" y ponerse a los pies de estos nuevos turistas. "No quieren una atención exagerada, simplemente profesionalidad", apunta la consultora. Ahora bien, tampoco quieren sentirse como la vaca a la que queremos exprimir sea como sea, añade. "Hay muchas expectativas sobre este turismo, quizás demasiadas, y no debemos ofrecer la imagen de irles detrás para sacarles el dinero como sea vendiéndoles casas y mil productos", dice.
En este sentido, también Maria Garcia llama a la reflexión antes de los cambios. "Debemos ver cómo funciona la experiencia de este verano, si los turistas se van satisfechos con lo que tenemos o no, y después decidir si hay que seguir este camino o no", reflexiona. Además, tiene muy claro que "habrá que analizar si merecen la pena determinadas acciones para ponernos a la altura de sus exigencias, y todo dependerá sobre todo de lo que este supuesto esfuerzo nos pueda reportar".
¿EL TURISTA EQUIVOCADO?
La experta consultada por este periódico, además de ser ciudadana rusa, es una gran conocedora del mercado turístico. Por eso, se aventura a asegurar que quizás la apuesta realizada este año con el mercado ruso es precipitada y, tal vez, equivocada. El error no consistiría en la elección del país. Rusia tiene mucho potencial, sin duda. Pero precisamente ese sería el matiz. El enorme país euroasiático es muy variado, y alberga a ciudadanos de clase media, y a otros con un poder adquisitivo mucho más alto. Las condiciones que se han ofrecido para poner en marcha este primer enlace con Rusia permiten deducir a esta experta que se ha optado por el turista de clase media.
"Se ha hecho una oferta económicamente muy interesante para poder competir con otros destinos, y no se ha pensado en el turista de más nivel", analiza. Según prosigue, "a los rusos de alto nivel les gusta no ver a sus compatriotas cuando salen de su país, y precisamente por eso les podría interesar Menorca, porque aquí no ha llegado el turismo masivo ruso. En cambio, parece que ahora se opta por llamar al turista ruso masivo con bajos precios, y esto puede reducir el interés de los más ricos por venir a Menorca".
En una comparación, esta analista explica que "teniendo la posibilidad de vender la Isla como una joya del Mediterráneo aún desconocida, y por lo tanto comercializarla a un precio mayor, parece que han adoptado el camino para convertir la Isla en un nuevo Lloret de Mar, masificado y de baja calidad, y eso me preocupa".
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