Los trabajos de descontaminación de los terrenos de la antigua Instalación de almacenamiento de CLH en Cala Figuera comenzarán el 6 de mayo y se prolongarán algo más de un año con un coste de 65.000 euros. Todo ello a pesar de que según el director general de recursos de la Compañía Logística de Hidrocaburos, Basilio Navarro, tan solo se han detectado en el subsuelo "niveles ligeros" de contaminantes por hidrocaburos. Y es que la técnica elegida por CLH para sanear el terreno será mediante un proceso biológico natural, denominado "biorremediación". Este método consiste en favorecer el desarrollo de bacterias que degradan el hidrocarburo en el terreno a través de un tratamiento con nutrientes y control de las condiciones de humedad y oxigenación. El proyecto también contempla el tratamiento de las aguas subterráneas mediante un sistema de depuración y reinyección en el subsuelo. En su caso, el nivel de contaminación detectado "es bajo", por lo que el proceso será más corto, según CLH.
El proyecto ha sido aprobado por la Dirección General de Medio Natural de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Maó. Afectará a una superficie de terreno de 1.600 metros cuadrados y el volumen de tierras que será preciso tratar ascenderá a 7.600 metros cúbicos. El director general de recursos de CLH señaló que la compañía ha realizado 278 catas para analizar el grado de afectación y, aunque la parcela que ocupaba la antigua instalación rondaba los 7.000 metros cuadrados, solo se han detectado trazas de hidrocarburo en menos de la cuarta del terreno. El proyecto medioambiental que se aplicará será tan exhaustivo, según Navarro, que permitirá recuperar los terrenos de la antigua planta para cualquier uso urbanístico, "incluso para acoger un colegio" aunque de momento están tipificados para uso portuario.
El "menos agresivo"
El director general de recursos de CLH remarcó ayer que el método elegido es el "menos agresivo" y el más sostenible por su menor consumo de energético, menor emisión y menor impacto acústico. En esta línea, resaltó que la excavación de las distintas zonas afectadas hasta una profundidad de 4,5 metros (la cota de agua se encuentra a entre dos y cinco metros) se prolongará durante un mes. Posteriormente, se iniciará el tratamiento biológico de las tierras extraídas y su volteo periódico cada 20 días para lograr la descontaminación natural. Una vez que los análisis de las muestras sean óptimos y la Administración de su visto bueno, los tierras limpias volverán a ser depositadas en los vasos de donde fueron extraídas.
Según explicó ayer Patricia Piñuela, técnica especialista en Medio Ambiente de CLH, las tierras más contaminadas por hidrocarburos requerirán tratamientos más intensos e incluso no descarta a priori algún traslado al vertedero de Milà, "aunque creemos que no será necesario". La empresa catalana TM Litoclean, especializada en el saneamiento de terrenos, será la encargada de la descontaminación y la constructora menorquina M. Polo la que se hará cargo de los trabajos de excavación. El director general de recursos de CLH explicó ayer el proceso de descontaminación en el Ayuntamiento de Maó junto a los alcaldes de esta localidad y Es Castell, Águeda Reynés, y Lluís Camps, respectivamente, y en presencia del director de APB en Maó, Jesús Fernández Reyes.
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