En el Congreso de Energías Renovables, ayer se sucedieron un buen número de intervenciones por parte de expertos, todas dirigidas en una misma dirección, la capacidad de Menorca para tender a la mayor autonomía energética. Una de estas charlas fue a cargo de José Manuel de la Torre Campos, jefe de operaciones del Sistema Eléctrico en Balears de Red Eléctrica de España, la empresa fundada en 1985 en aplicación de la Ley 49/1984, de 26 de diciembre, dedicada en exclusividad al transporte de energía eléctrica y la operación de sistemas eléctricos.
En su intervención ha hablado de la demanda eléctrica en Menorca y de la posibilidad de penetración de las energías renovables. ¿Cual es el panorama actual?
Balears, en cuanto a régimen especial sobre energías renovables, está muy por debajo de muchas de las comunidades autónomas de la Península. Realmente, la evolución de la demanda ha ido a la baja por la crisis, pero el tema es que la generación que hay instalada en Balears es fósil en prácticamente toda su totalidad. Si se quiere llegar al objetivo del 20 por ciento el año 2020 no hay más remedio que ir instalando esas renovables, para cumplir y para que Balears sea una región verde, o por lo menos, que el 'mix' energético sea bastante mejor.
¿Por dónde pueden penetrar las renovables en Menorca?
Desde Red Eléctrica no decimos qué sistema debe utilizarse. Debe decidirlo o bien la administración, o bien los promotores que quieran venir con sus propuestas. Nosotros, como operadores de sistema, lo que hacemos es determinar qué potencia máxima se puede instalar para que el sistema sea seguro y los clientes tengan el servicio que se merecen y que necesitan.
¿Cual es la potencia máxima que se puede autorizar en Menorca?
La potencia instalada en estos momentos es clara, tenemos 3,2 megavatios de eólica, y 4,75 megavatios de solar fotovoltaica. Y lo máximo que se podría instalar, con la red de transporte tal como está ahora, son unos 40 megavatios para cubrir la punta de demanda. Y en valle, durante la noche, quedaría limitado a 20. Más, no se puede. Así, la máxima potencia que se podría instalar sería de entre 20 y 40 megavatios.
O sea, se podrían crear cuatro parques solares como los existentes, o alguno más si fueran eólicos...
Si se optara solamente por instalar fotovoltaica, se podría poner hasta 40 megavatios, porque por la noche no produce. Si sólo fuera eólica se pueden instalar también hasta los 40, pero en valle, como no se pueden absorber más de 20 megavatios, algunas noches, cuando hubiera mucho viento y se estuviera produciendo electricidad, habría que reducir la producción porque cualquier fallo que pudiera haber en el sistema haría que Menorca se fuera a cero de tensión. Se quedaría sin servicio toda la Isla.
¿Por qué estos máximos fijados?
Hay que tener en cuenta la demanda que tengamos en Menorca, más lo que puedas transferir al exterior. En este caso, es lo que se pueda transferir a través del enlace con Mallorca. La demanda mínima en valle, por la noche, el día de menor demanda del año, son 25 megavatios, y la central de Maó, en su mínimo técnico para cubrir las fluctuaciones de demanda produce 25 megavatios. Si a esto se le suman los 20 que pueden transferirse a Mallorca, tenemos los 45 megavatios. Ese tope que se pone es porque si por el cable que une Mallorca y Menorca se transportan más de 20 megavatios, si se desconecta, por un rayo que caiga sobre la línea aérea de Ciutadella o de Mallorca, se rompe ese equilibrio que tiene que haber entre la demanda y la generación, y si son más de 20 megavatios la central de Maó no es capaz de absorber ese desequilibrio y se apaga. Y tenemos que cubrir el N -1, o sea, que cualquier elemento que se pierda, por cualquier problema, que se desconecte, no afecte al sistema. Si se apaga, Menorca se queda sin consumo.
Al hablar de las renovables, los técnicos hablan de una normativa muy cambiante, que dificulta que se hagan inversiones...
Desde 2007 han salido más de veinte leyes, entre decretos ley, leyes, resoluciones. Esto significa que cada año hay una media de cuatro normativas nuevas. Los promotores no saben muy bien a qué atenerse, porque no saben si al día siguiente esto va a cambiar. Y eso crea una duda razonable y que no se atrevan a invertir.
También hay un proceso administrativo lento y complejo.
Para instalar cualquier parque, la normativa que hay en vigor, a parte de ser muy exigente, es muy complicada, muy compleja. Hay normativa nacional, normativa autonómica y normativa local de los ayuntamientos. Ahí, los promotores también están perdidos.
También es complicado generar energía por parte de particulares, para conectarlo a la red y aportar la electricidad.
Hoy por hoy es complicado porque se le exige al consumidor como si fuera una empresa. Si pones una placa fotovoltaica en tu casa tienes que darte de alta como empresario, facturar, con tu IVA, y haciendo constar la electricidad que suministras. Para un consumidor doméstico es muy difícil. No sabemos qué pasará cuando salga la ley de autoconsumo, si se suavizará o si se establecerá de otra manera.
¿Cómo debería ser?
Soy partidario de que, cuánto más renovable se pueda implementar en el sistema, mejor. Pero unas renovables que podamos controlar, que lo que se instale sea gestionable, para que su pérdida en un momento determinado no genere un apagón generalizado. No olvidemos que cada megavatio que se produzca con renovables, nos lo ahorramos con carbón o con fuel.
Se habla mucho de que las grandes compañías ven con recelo la implantación de las renovables a nivel particular, y por otro lado sí que manifiestan su interés por expandirse en este sector.
Yo entiendo que no, hay empresas que han construido su centro de control exclusivamente para controlar todas las renovables que tienen. Lo que hacen es favorecer que se introduzcan. Yo no creo que no tengan interés, sino todo lo contrario, si hay algo por lo que apuestan es por instalar energía de origen renovable.
Es una de las críticas de los sectores más verdes, que hay muchos impedimentos por parte de las grandes compañías...
Yo creo que las grandes compañías no ponen pegas. Insisto. Cada una apuesta por lo que cree oportuno, pero hay compañías cuya producción es casi toda de origen renovable. Mi sensación es que es más una contestación de la sociedad, que no quiere ver molinos, porque un aerogenerador tiene un impacto visual. Es lo que se dice siempre, energías renovables sí, pero no en mi patio.
En cualquier caso la complejidad de la normativa las favorece, al menos eso es lo que muchos critican.
No exactamente. Es la propia sociedad la que se opone a los impactos visuales. Vemos incluso que se exige que no se vean las plantas fotovoltaicas, y están a ras de suelo. A la gente no le gusta ver ese impacto visual. La normativa está desarrollada en función de lo que la sociedad desea, si no quiere que se vea, se desarrolla para que sea así.
¿Es asumible el objetivo de un 20 por ciento de implantación de renovables para el 2020?
Si la sociedad balear se pone a ello, se podría conseguir. Con mucho esfuerzo, porque no es gratuito, pero se podría. Depende de quien gobierna y de la sociedad, que quiera y esté convencida de que eso es bueno.
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