Primeros visitantes. Ayer por la mañana ya se empezaron a ver por las calles de Ciutadella algunos turistas, la mayoría de ellos catalanes - Paco Sturla

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Las urbanizaciones de Menorca presentarán esta Semana Santa una imagen desoladora. La atonía del mercado nacional sumada al avance de la Pascua y a la deficiente conectividad aérea -según datos de AENA entre el miércoles 27 y el lunes 1 de abril se realizarán 250 operaciones con poco más de 32.000 plazas- ha llevado a los hoteleros a abrir solo el cinco por ciento de la planta alojativa -lejos del 9,5 por ciento del año pasado y mucho más lejos del 20 por ciento de 2011-, un comportamiento que reproducirán la gran mayoría de empresas radicadas en las zonas turísticas.

Así lo corroboraron ayer Ginés Noguera y Vicente Cajuso, presidentes de VITURME (Asociación de Viviendas Turísticas de Menorca) y de ASCOME (Asociación de Comerciantes de Menorca), respectivamente. "Ésta va a ser una Semana Santa muy triste", comentó Cajuso. Una impresión que avanzaron hace unos días representantes de otros sectores económicos, como el hotelero, el de la restauración o el de alquiler de vehículos.

"Es como un círculo vicioso", dijo Noguera, quien, si bien no dio una cifra concreta de viviendas turísticas disponibles en el mercado durante estos días, sí advirtió que estaríamos ante un dato modesto. "Los que abran tendrán una ocupación de entre un 50 y un 60 por ciento, pero lo cierto es que cuesta tomar la decisión de abrir cuando ves que no se prestan determinados servicios básicos en las zonas turísticas".

De hecho, serán pocas las urbanizaciones que registren algo de movimiento estos días. Sería el caso de Cala en Porter, Cala Galdana o Cala en Bosch, entre otras, donde, previsiblemente, sí se producirá la apertura de un mayor número de negocios de restauración, alimentación o "souvenirs". Nada destacable, por otra parte. "Abrirán muy pocos comercios porque apenas habrá hoteles en funcionamiento. Es posible, eso sí, que haya cierto movimiento en segundas residencias y que eso anime a algunos negocios a abrir en las urbanizaciones más pobladas", reflexionó el presidente de los comerciantes.
Tanto Cajuso como Noguera dijeron entender a aquellos que optan por aplazar la apertura de sus empresas, habida cuenta de la escasa demanda de estos días. "El coste de poner en marcha el negocio no se compensa con un alquiler de cuatro días", explicó a modo de ejemplo el presidente de VITURME que, por otra parte, reclamó una actuación coordinada y solidaria de los diferentes agentes económicos. "Si estuviéramos unidos todo nos iría mejor", dijo no sin antes reconocer que los empresarios que ofrecen servicios son "los primeros que tendrían que hacer algún movimiento en este sentido". "Necesitamos un cambio de mentalidad con urgencia".

El sacrificio y la unidad a la que apeló ayer Ginés Noguera tienen, sin embargo, poco recorrido si no se solucionan problemáticas estructurales como la que afecta al transporte aéreo con "vuelos excesivamente caros y pocas conexiones". "Somos demasiado pequeños, demasiado insignificantes. Si no vamos juntos somos excesivamente sensibles", añadió.

Lo peor, sin embargo, será la imagen que se puedan llevar los pocos visitantes que hayan optado por pasar sus días de vacaciones en Menorca. "Daremos una imagen bastante triste", lamentó Vicente Cajuso que recuerda aquellos años en los que "más de la mitad de las empresas abrían por Semana Santa".