El primer recibo del agua del año llegará con sorpresa. La modificación de la cuota del canon de saneamiento de aguas aprobada por el Govern balear a finales del año pasado y que entró en vigor el 1 de enero encarecerá el recibo doméstico del agua entre un 5 y un 10 por ciento, dependiendo del consumo final. Esta variación será más acusada en los establecimientos hoteleros que podrían llegar a pagar hasta un cuarenta por ciento más.
La razón de este encarecimiento radica en el cambio aplicado a la cuota variable del canon que ahora irá en función de los metros cúbicos consumidos cada mes. Es decir, antes se sumaba una misma cantidad, estipulada en 0,278 euros por metro cúbico, a todos los clientes, independientemente de que fueran o no grandes consumidores. Ahora, en cambio, se aplicará un escalado que irá desde los 0,278 euros por metro cúbico, que asumirán aquellos clientes que no consuman más de seis metros cúbicos al mes, y los 1,66 euros que pagarán aquellos que superen los cuarenta metros cúbicos mensuales.
A esto hay que añadir que la cuota fija del canon de saneamiento también se encarece. De este modo, la tarifa doméstica sube 35 céntimos al pasar de 3,53 a 3,88 euros al mes , la hotelera entre ocho y 35 céntimos por cada plaza, dependiendo de la categoría del establecimiento, y la de restaurantes, bares y cafeterías entre 1 y 2,5 euros mensuales.
Con estos cambios, según se desprende de la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma, el Govern balear prevé recaudar hasta 78 millones de euros en todas las islas a lo largo del presente ejercicio.
Ante este nuevo panorama, las empresas de tratamiento y suministro de agua se han apresurado a puntualizar que el más que previsible aumento de los recibos, ya sean domésticos o industriales, se deberá única y exclusivamente a la decisión adoptada por el Ejecutivo, decisión que, por otra parte, dudan que acabe revirtiendo en una mejora de las infraestructuras hidráulicas.
Y es que la finalidad de este impuesto autonómico no es otra que "dotar de los mecanismos de financiación adecuada a las actuaciones hidráulicas y garantizar la implantación efectiva de los servicios de depuración de aguas residuales y de suministro de los núcleos urbanos".
En este sentido se pronunciaba en un escrito publicado en este diario el presidente de la Asociación de Empresas de Tratamiento de Agua de Menorca, Samuel Moll. "¿Servirá realmente la subida del canon para mejorar nuestras infraestructuras? ¿Pasarían una auditoría?", preguntaba abiertamente, no sin antes cuestionar decisiones políticas referentes a las gestión del ciclo del agua como la construcción de una desaladora en Ciutadella "sin clientes", una depuradora en Binidalí "sin agua ara depurar" y otras actuaciones que lejos de solucionar la problemática de la contaminación del subsuelo, la han agravado..
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