APB defiende la labor realizada para mantener el travelift

Por un lado, el responsable de APB apuntó que la adquisición de forma directa de la grúa no era legalmente viable por la naturaleza jurídica de la empresa pública. Del mismo modo, tampoco fructificaron los contactos mantenidos por el ente con diversos empresarios locales con el fin de que alguno de ellos asumiera el coste del travelift. Urrutia avanzó también que la empresa propietaria de la grúa rechazó a la propuesta de APB de alquilar la instalación del puerto de Maó.

"Han pasado quince días desde que APB se comprometió con el Ayuntamiento y las asociaciones empresariales del sector a tratar de conseguir la permanecia de este servicio comercial en el puerto y, después de contemplar varias opciones, al final no ha podido ser así", lamentó el presidente.

Urrutia indicó que el travelift es un servicio comercial que, por su naturaleza pública, APB no puede prestar. "Esto implicaría una posible competencia directa con el sector privado en el caso que éste estuviera interesado en ofrecer estos servicios", remarcó, no sin antes matizar que la administración pública no puede asumir como propio el riesgo que un particular ha contraído sin éxito.

En esta línea, el presidente recordó que fue un empresario del puerto de Maó quien decidió hacer frente a la adquisión del travelift para ofrecer un servicio a pesqueros y golondrinas que hasta el momento debían desplazarse fuera de la Isla para varar sus buques. Sin embargo, la grúa registró un pequeño número de movimientos por lo que al empresario no le salió rentable y decidió no continuar con ella.

Finalmente, Urrutia reiteró que en el varadero proyectado en el Cós Nou está prevista la instalación de un travelift. "Por parte de APB continúa el compromiso de establecer los mecanismo para dotar en un futuro al Cós Nou de una grúa capaz de izar y varar embarcaciones de gran tonelaje, así como cualquier otra infraestructura que ayude a reactivar la economía menorquina", concluyó el presidente .