El año 2012 está tocando a su fin, y aunque muchas cosas han cambiado durante estos ya casi 365 días, hay otras que permanecen inalterables. En enero de este año, la planta desaladora de Ciutadella estaba totalmente acabada, a punto para producir agua, pero cerrada a cal y canto porque no había compradores para el agua que podía generar. Acaba el año y la cosa sigue igual, y sin perspectivas de que vaya a cambiar de manera más o menos rápida.
Ahora mismo, todo depende del dinero que pueda llegar de la Unión Europea. Así lo admite el director general de Recursos Hídricos del Govern balear, Salvador Padrosa, quien recuerda que a través del Ministerio de Medio Ambiente se está intentando que desde Europa llegue el dinero para pagar la construcción de dos conducciones. Una, más corta, la que lleve el agua de la desaladora hasta Ciutadella. Y la segunda, la más costosa y ambiciosa, la que permita llevar el agua desalada hasta la otra punta de la Isla. Sin estas dos conducciones garantizadas, la desaladora no se pondrá en marcha.
De hecho, Padrosa descarta que la planta se ponga en marcha únicamente para suministrar agua a Ciutadella y Cala en Bosc, tal como se apuntaba a principios de año. "Si la instalación funcionara solamente para estos núcleos de población el precio del agua se dispararía de manera inasumible y castigaríamos a los ciudadanos de Ciutadella", apunta Padrosa. No obstante, el propio director general no descarta que la planta pueda fabricar agua solamente para Ciutadella siempre que se tenga garantizada la conducción hasta el levante de la Isla. Es decir, cuando se tenga total seguridad de que las obras de la tubería hasta Maó se realizarán y se pagarán, podría ponerse en marcha la desaladora para Ciutadella y Cala en Bosc.
Pero a día de hoy, no hay ninguna fecha prevista para ninguna de estas actuaciones. "Esperemos que dentro de este 2013 podamos tener noticias sobre este tema", dice Padrosa, sin más concreción. No hay plazos, ni límites. No hay un día en el que se pase al plan b si la Unión Europea no responde. "Vamos de la mano del Ministerio, que es el promotor de la obra", explica el director general.
Ahora bien, sobre la mesa sí existe una segunda opción para una de las dos conducciones que deben permitir poner en marcha la desaladora, la que una la planta con Ciutadella. Si bien la primera opción es que la pague la Unión Europea, el Ministerio también contemplar la posibilidad de prolongar la concesión a la empresa que gestionará la planta a cambio de que ésta asuma la construcción de esta tubería. "Ninguna de las dos opciones está cerrada", sentencia Padrosa.
Lo que sí parece claro es que como mínimo, durante una buena parte del próximo año la desaladora seguirá sin funcionar, una situación que sorprende a muchos ciudadanos y también al mismo Padrosa. "No puedo entender como en las anteriores legislaturas los que promovieron la desaladora no se preocuparon por solucionar el tema de las conducciones. Dejaron pasar el tiempo en una obra que acabó con un importante desvío presupuestario y sin este tema solucionado".
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