En la oficina de una agencia inmobiliaria, una pareja hojea el catálogo de propiedades. Inicialmente, sus ojos se centraban en las viviendas que estaban en venta. Su planteamiento de partida era comprar, pero para ello necesitaban que una entidad financiera les concediera una hipoteca. Tras deambular por diferentes bancos, se toparon con el mismo número de negativas que oficinas visitadas, y por ello decidieron pasar al plan B, y decantarse por el alquiler.
Casos como éste se producen cada vez con más frecuencia en Menorca, y han propiciado un aumento del mercado de las viviendas de alquiler, y que algunas agencias incluso hagan un llamamiento a los propietarios interesados en alquilar sus viviendas para así poder satisfacer las demandas de sus clientes. "Efectivamente, la difícil situación del mercado de compra-venta ha provocado que el sector del alquiler adquiera mucha fuerza", comenta el responsable de una de las mayores agencias inmobiliarias de la Isla.
Las dificultades a las que se refiere este profesional se podrían dividir básicamente en dos. Primero, la situación personal de muchos ciudadanos que se han quedado sin trabajo, han visto reducido su sueldo o que viven con la incertidumbre de saber si podrán mantener su actual ocupación durante mucho tiempo. "Esto hace que ni puedan ni deseen formalizar una hipoteca porque no saben si podrán pagarla siempre", comenta el responsable de otra agencia.
Y la segunda dificultad es la ya citada de las restricciones de las entidades financieras a la hora de conceder una hipoteca. El grifo del crédito sigue cerrado para el mercado de la vivienda, a no ser que se quiera comprar un inmueble propiedad del banco, una de estas propiedades que la crisis ha tenido a bien llamar activo tóxico. Si se trata de vender lo suyo, comentan varios responsables de agencias, el banco pone todas las facilidades posibles e incluso llega a financiar el cien por cien de la operación. Para el resto de operaciones, la cosa se pone mucho más complicada.
Con estas circunstancias, la demanda del alquiler está en claro aumento aprovechando también que los precios han bajado desde hace unos cuatro años. Así, un experto que lleva tiempo en este sector apunta que un piso de nueva construcción que en el año 2008 podía alquilarse por unos 750 euros al mes, ahora puede hallarse por 575, es decir, un 25 por ciento más barato. Calculando lo que uno se ahorra al cabo del año, la bajada en este periodo se ve más clara: 2.100 euros.
Esta variación del mercado ha propiciado que las agencias aumenten su cartera de propiedades en alquiler. Algunas lo han triplicado en poco tiempo, y otras han optado por reforzar el departamento dedicado exclusivamente a esta modalidad. En cuanto a viviendas, aseguran que buscan todo tipo de inmuebles. Aunque los pisos siguen siendo los más numerosos, también tienen salida las casas de campo, los chalets y las casas de interior. Hay quien acude al mercado particular, pero las agencias notan también cómo cada vez son más los que requieren sus servicios apelando al mayor 'stock' de viviendas de los que disponen los profesionales del sector. De hecho, además de haber aumentado el número de inmuebles destinados al alquiler (algunos de ellos pensados inicialmente para la compra-venta pero que han acabado en esta otra modalidad para al menos así cubrir los gastos de la hipoteca), también ha crecido el número de agencias que han incorporado el alquiler a su oferta. No en vano, esta modalidad se ha convertido en el refugio para los que no pueden conseguir una hipoteca y necesitan un techo bajo el que vivir.
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