Ciento tres años de historia no le han valido a Fomento de Turismo de Menorca para capear el último envite. Reunidos ayer en asamblea extraordinaria, los socios decidieron por unanimidad disolver la entidad y ceder su nombre a la nueva fundación turística impulsada, con el apoyo del sector privado, por el Consell de Menorca. Un solo ente que aglutinará, a partir de ahora, toda la gestión turística que hasta la fecha se repartían la Fundació Destí y la Fundació Turisme, si bien ésta última, creada en su día por el Govern balear, hacía tiempo que operaba como simple foro de debate.
El de ayer fue, pues, "un día triste" en palabras de su último presidente Nicolás Bordoy, quien reconoció el escaso margen de maniobra con el que contaba a día de hoy la centenaria institución privada. Y es que el mal que aquejaba a Fomento venía de años atrás, siendo el 2007 determinante en su trayectoria final. Aquel año los socios decidieron renunciar a toda actividad con su conversión en "entidad no operativa". Los movimientos anteriores, con el paso adelante dado por el sector público en la planificación de la promoción turística y la consiguiente reordenación en la asignación de los recursos económicos, marcaron el camino.
Además, la decisión tomada por todas las organizaciones empresariales vinculadas al ámbito turístico –léase ASHOME, AVIBA, CAEB, PIME y Cámara de Comercio- de integrarse en la nueva fundación con mayoría pública ha hecho aún más evidente, por irremediable, este epílogo. Cabe remarcar, en este sentido, que la integración en la nueva fundación no era un punto a tratar en la asamblea de ayer ya que no le había sido requerido un pronunciamiento a este respecto.
Así pues, Fomento de Turismo inicia hoy su recta final. A partir de ahora la junta directiva, que hará la función de comisión liquidadora, dispondrá de poco más de dos años, esto es hasta el 31 de diciembre de 2014, para culminar el proceso de liquidación de la entidad. Gestiones formales aparte, el cese efectivo fue validado ayer con la votación de los socios asistentes a la asamblea celebrada en la sede de la Escuela de Turismo en Maó que, por otra parte, no superaron la quincena.
Hay quien tiene el convencimiento de que ésta es una manifestación más de la pérdida de peso que el sector privado está experimentando en la toma de decisiones en el ámbito turístico y, más concretamente, en el del diseño y ejecución de las acciones de promoción turística. "Todo lo ha invadido la administración pública", se lamentan a la vez que achacan a cuestiones estrictamente políticas la creación de dos fundaciones, sin contar con Fomento.
Tampoco ven que con el nuevo ente propuesto por el Consell se resuelvan estas cuestiones ya que, al margen del conflicto que en torno a la representatividad mantienen las patronales CAEB y PIME, el poder de decisión recaerá en los representantes públicos que ostentarán el 51 por ciento de la representatividad y los principales cargos en el patronato, recayendo la presidencia en el presidente del Consell, Santiago Tadeo, y la vicepresidencia en la consellera de Turismo, Salomé Cabrera. Extremo comprensible, por otra parte, si nos atenemos al hecho que la práctica totalidad de los fondos de la nueva fundación serán públicos.
Fomento empezó su actividad en junio de 1909 al amparo del Ateneu Científic, Literari i Artístic de Maó. En aquellos primeros años actuaba bajo la designación de Sociedad de Atracción de Forasteros y Excursiones. No fue hasta el mes de agosto de 1932 cuando adoptó su nombre definitivo, emparentándose de esta manera con el Fomento de Turismo de Mallorca. Se puede decir que ambas entidades han seguido, salvando las distancias, caminos semejantes ya que en los últimos años Fomento de Turismo de Mallorca también ha visto perder su capacidad de decisión en temas concernientes a la promoción turística hasta acabar convirtiéndose en un simple foro de debate.
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