El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alaior está a la espera de que el Consell formalice y autorice los proyectos presentados en el Plan de Embellecimiento de Zonas Turísticas para iniciar la redacción y elaboración del diseño que permita recuperar la zona húmeda de Son Bou y mejorar a su vez la accesibilidad.
La actuación que pretende abordar el Consistorio no se ha librado de las controversias y las críticas de quienes ven la acción municipal como una agresión contra la naturaleza y el medioambiente. Y es que la iniciativa contempla la instalación de unas pasarelas de madera que permitan la conexión de la urbanización de Sant Jaume y Torre Solí con la playa de Son Bou atravesando el humedal.
El proyecto parte de unos antecedentes, según ha podido saber este diario. Para ello, hay que retroceder tres décadas, cuando el núcleo de Torre Solí iniciaba su urbanización.
Unos pocos propietarios, la gran mayoría menorquines, habían levantado los primeros chalés en un entorno que, pocos años después se convertiría en una explosión constructiva. La urbanización no estaba aun conectada con Sant Jaume por lo que su acceso debía realizarse por la zona alta del núcleo, es decir, por el hotel San Valentín.
Algunos de estos propietarios habían estado trabajando en los arrozales que anteriormente existieron en el Prat, por lo que su conocimiento de la zona era indiscutible.
El cultivo del arroz dejó unos pasos naturales que permitían cruzar el humedal desde la urbanización hasta la playa. De ahí que estos vecinos decidieran liderar la limpieza de la senda que tan solo requirió la colocación de tres o cuatro palés en un tramo para hacer el trazado transitable en su totalidad. Este paso fue utilizado por los vecinos de la urbanización durante cuatro o cinco años, hasta que se abrió un vial para acceder a Torre Solí por Sant Jaume. Asimismo, tal y como señalan estos vecinos, en las inmediaciones de la actual parada de autobús de Sant Jaume existía también un paso que posibilitaba el acceso hasta el aparcamiento de la playa.
Por otra parte, hace unos años el equipo de gobierno que encabezaba Pau Morlà inició las gestiones para poner en valor el Prat. En concreto, tal y como explica el socialista, el gerente del Plan de Dinamización del Producto Turístico puso en marcha una ronda de contactos para abrir un paso, pero "solo si se ligaba a un centro de interpretación de aves y nunca como objeto de conexión entre la urbanización y la playa", señala y asegura que "el proyecto nunca llegó a cuantificarse".
Ahora, el Ayuntamiento recupera la iniciativa. El gobierno pretendía abordarlo desde comienzos de mandato, no obstante, según señalan, las dificultades en la financiación pararon el proyecto. La convocatoria de la línea de ayudas del Ejecutivo insular para el embellecimiento de las zonas turísticas ha hecho que la actuación renaciera.
El Ayuntamiento asegura que la iniciativa es solo un "anteproyecto" y no será hasta que haya confirmación del Consell, cuando "iniciemos el trabajo en base a las aportaciones de las administraciones competentes", señalan. De ahí que aseguren que "no hay nada decidido" y que el documento actual que baraja el Ayuntamiento puede variar según las directrices que marquen los expertos.
Aquello que sí tiene claro el gobierno municipal es que Son Bou cuenta con una zona de gran riqueza, actualmente en estado de degradación" que hay que potenciar y poner en valor. Además, advierte que "nunca" se abordará un proyecto sin contar con la partida asegurada para ello.
Propietarios de Sant Jaume
Por otra parte, algunos de los propietarios de Sant Jaume ven con buenos ojos la propuesta ya que "facilita el acceso directo a la playa evitando el largo recorrido que se requiere actualmente". No obstante, ven complicada su financiación. Y es que, según apuntan algunos vecinos, el Ayuntamiento propuso una colaboración publico-privada para ejecutar el proyecto, con una aportación por apartamento que oscila entre los 150 y los 400 euros, según la vivienda en cuestión. Los mismos propietarios consideran inviable la opción propuesta. También se aventuran a apuntar que "tenemos conocimiento de que algún particular estaría interesado en patrocinar el proyecto".
El GOB advierte de que numerosas especies desaparecerán
El Grup Balear d'Ornitologia presentó en la pasada primavera un documento al Ayuntamiento dirigido a poner en valor el Prat de Son Bou con la creación de varios miradores con protecciones visuales y carteles informativos en la zona de la urbanización para convertir esta espacio natural en uno de los grandes atractivos de la urbanización.
Según señala el coordinador, Cristòfol Mascaró, el humedal debe recuperarse y conservarse, no obstante, asegura que "el proyecto que presenta el equipo de gobierno conseguirá el efecto contrario" puesto que el paso constante de gente degradará la zona. Está catalogada, según señala Mascaró, como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que forma parte de la Red Natura 2000.
Crían en el Prat al menos una docena de especies acuáticas que "podrían desaparecer del entorno si éste pierde la tranquilidad y es degradado por el impacto humano". Mascaró asegura que esta zona goza de una gran riqueza puesto que confluyen ambientes muy diversos gracias a la coexistencia del agua salada del mar con la dulce de los barrancos. Por ello, a medida que cambian las condiciones medioambientales, cambian también las especies. Además, resalta un ave, la "boscarla mostatxuda" que cuenta con el máximo nivel de protección europeo. "Interferir en su ambiente podría suponer que el ave se vaya del Prat", lamenta Mascaró.
Para el coordinador del GOB, las pasarelas propuestas no tienen nada que ver con los accesos que existen en S'Albufera des Grau, puesto que en Son Bou, significará "crear un impacto donde no lo hay" mientras que en la zona húmeda más grande de la Isla, las pasarelas sirven para minimizar este impacto.
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