La Asociación de Padres y Madres de Alumnos del colegio de Sa Graduada de Maó ha entregado, tanto al Ayuntamiento como a la Consellería de Educación, una petición formal para que se haga un estudio técnico para evaluar el estado del edificio. Esta petición llega después de que el pasado 24 de octubre se desplomara una de las persianas, cayendo en el patio exterior mientras los alumnos se encontraban allí en el recreo.
Aunque estos hechos no ocasionaron daños personales, los padres de los alumnos muestran su preocupación por el deterioro de las instalaciones. Por eso, tras el suceso, "entramos un escrito tanto en el Ayuntamiento como en la Consellería, porque estamos bastante preocupados", señaló ayer la presidenta de la APIMA, Gemma García.
Los padres saben que, según se les comunicó este verano, a la conclusión del presente curso, en Sa Graduada se iniciarán las obras de mejora del centro. Esto obligará a que los alumnos deban trasladarse a la nueva escuela, el C.P. María Lluïsa Serra, mientras duren las obras.
Sin embargo, el desplome de la persiana ha hecho que desde el PSOE, la diputada Cristina Rita, exigiera el pasado miércoles el traslado inmediato de los alumnos al nuevo colegio, por considerar que es "grave" y "deplorable" mantenerlos en un centro que "no reúna las condiciones" mientras que otro nuevo está "desaprovechado".
Sobre esto, García apuntó que "no somos partidarios ni de una cosa ni de otra, lo que queremos es que los técnicos digan si está en condiciones, luego haremos lo que se nos diga en función de la evaluación, según el edificio sea o no seguro", añadió.
Siguiendo los planes
Desde la Consellería de Educación, su delegado en Menorca, Julián Hernández, indicó ayer que "respeto mucho la petición del PSOE". Sin embargo, considera que "cayó una ventana como puede caer en cualquier casa, por el desgaste. Por eso, por seguridad, quitamos todas las persianas ese mismo día, para evitar riesgos".
Sobre la viabilidad de un traslado inmediato al C.P María Lluïsa Serra, Hernández admitió que "es viable, pero no lo veo necesario". Así, se pregunta "¿qué pasaría si vaciáramos ahora el centro? Vacío el desgaste sería aún mayor, y las obras ya no costarían 1,9 millones, costarían más".
Así las cosas, el delegado de Educación en la Isla afirma que la idea es mantener la planificación acordada. "En julio vino la directora general, Mercedes Celeste, y explicamos al equipo directivo del centro, al consejo escolar y a los padres que la intención era la de que, nada más acabar este curso, se empezaran las obras y que mientras, transitoriamente, los alumnos de Sa Graduada se trasladaran al nuevo colegio mientras duren las obras". Esta situación se prolongará hasta que concluyan los trabajos de remodelación.
Centro "desaprovechado"
Hernández se refirió también a las palabras de Rita en las que ésta se refería al desaprovechamiento del C.P. María Lluïsa Serra por tener pocas aulas ocupadas durante su primer año de servicio. Así, el delegado de Educación apuntó que "en la nueva escuela no se han ofertado ni todas las aulas ni todos los niveles para poder recolocar a los alumnos de Sa Graduada el año que viene". Y es que si se llenaba el centro este año, el próximo curso no habría capacidad para albergar a los estudiantes del centro de la Avinguda José María Quadrado.
Por eso, Julián Hernández explicó que "este año, en Sa Graduada hay trece grupos, que serán doce el curso que viene porque se elimina un grupo duplicado". Esta docena de grupos son los que se trasladarán al María Lluïsa Serra, donde este año hay únicamente una clase de P-3, una de P-4 y otra de P-5, así como un curso de primero de Primaria, cuyos alumnos el año que viene estarán en segundo.
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